Inicio / Ciencia

Abrojos: La Ingeniosa Estrategia de Dispersión de Semillas de las Plantas

Descubre cómo los abrojos, esas esferas espinosas, son una estrategia evolutiva maestra para la dispersión de semillas de las plantas.

Abrojos: La Ingeniosa Estrategia de Dispersión de Semillas de las Plantas

Si alguna vez pasas un día de senderismo en un bosque o en un campo abierto, es casi seguro que al finalizar la jornada te encontrarás quitando pequeñas esferas espinosas de tu ropa. Estas molestas y pegajosas estructuras son conocidas como abrojos y, aunque a menudo resultan incómodas para nosotros, son en realidad cápsulas de semillas o frutos, análogas a las piñas de semillas y polen. Los abrojos pueden ser una verdadera molestia cuando se adhieren a nuestra vestimenta o al pelaje de nuestras mascotas, pero para las plantas que los producen, representan una adaptación evolutiva fundamental y brillante.

Para que las plantas puedan reproducirse con éxito, necesitan dispersar sus semillas de manera efectiva, una tarea que puede ser bastante desafiante cuando se está fijo al suelo. Requiere una ‘mano amiga’ de la naturaleza. Mientras algunas plantas como los dientes de león confían en el viento para la dispersión de semillas, y los manglares utilizan las vías fluviales, otras especies vegetales dependen de aves y otros animales. Cuando llevas abrojos pegados a tus calcetines, estás participando activamente en este mismo e ingenioso proceso de dispersión. Los abrojos están provistos de púas o ganchos precisamente para poder adherirse a los animales y ser transportados a largas distancias. Una vez que se desprenden o son cepillados, pueden germinar y echar raíces en una nueva parcela de tierra, lejos de su planta madre, lo que aumenta las posibilidades de supervivencia de la especie.

Observados de cerca, se puede apreciar que la mayoría de los abrojos poseen diminutos ganchos en el extremo de cada púa. Estos ganchos están diseñados para adherirse firmemente a los ‘portadores involuntarios’ que pasan cerca. Este mecanismo es un claro ejemplo de comensalismo, una relación interespecífica en la que un organismo (la planta, en este caso) se beneficia, mientras que el otro (el animal o humano) no se ve afectado negativamente. Sin embargo, es importante señalar que algunos tipos de abrojos adoptan un enfoque más agresivo, llegando incluso a perforar la piel del portador, actuando como pequeñas agujas. Los abrojos varían enormemente en formas y tamaños, y provienen de una amplia diversidad de especies vegetales.

¿Qué plantas tienen abrojos?

Abrojos: La Ingeniosa Estrategia de Dispersión de Semillas de las Plantas

Quizás la planta portadora de abrojos más conocida sea la bardana común (Arctium minus). Originaria de Europa, hoy en día se encuentra ampliamente distribuida por gran parte del mundo, incluyendo Norteamérica. Esta planta es bienal, lo que significa que completa su ciclo de vida en dos años, produciendo racimos de flores púrpuras en su segundo y último año antes de formar sus característicos abrojos. Los abrojos de bardana miden aproximadamente tres cuartos de pulgada (unos 1.9 cm) de diámetro. A pesar de estas espinosas estructuras, la bardana es una planta muy valorada y ampliamente cultivada en diversas regiones de Europa y Asia, especialmente por sus raíces, que se utilizan tanto en la gastronomía como en la medicina herbal tradicional por sus propiedades.

Mientras que los abrojos de bardana son lo suficientemente grandes como para ser relativamente fáciles de quitar, no se puede decir lo mismo de la Cenchrus spinifex, también conocida comúnmente como abrojo de zacate, cadillo arenero o espigadilla de campo. Esta especie se encuentra en el sur y las zonas costeras de Estados Unidos, así como en muchas regiones cálidas y subtropicales de todo el mundo. Crece a ras de suelo, lo que la hace difícil de detectar hasta que sus abrojos se enganchan en los dobladillos de los pantalones o en el calzado. Para empeorar las cosas, sus abrojos crecen en densos racimos, por lo que en lugar de quitar uno solo de tu calcetín, podrías tener que retirar veinte o más de una sola vez, haciendo de la experiencia algo bastante más tedioso.

Si hay un abrojo que definitivamente querrás evitar pisar, es el de la Tribulus terrestris, conocida por el ominoso nombre de abrojo de cabra o hierba del clavo. Sus abrojos son del tipo que se adhieren a los portadores perforando su piel, y son lo suficientemente afilados como para atravesar las suelas de goma de los zapatos e incluso las llantas de bicicleta. Aunque la Tribulus terrestris es originaria del hemisferio oriental, se ha propagado a numerosos estados de Estados Unidos y otras partes del mundo, convirtiéndose en una verdadera pesadilla para jardineros y ciclistas por igual.