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Arthropleura: Revelando los Secretos del Artrópodo Gigante Prehistórico
Descubre Arthropleura, el artrópodo gigante del pasado. Su tamaño, hábitat y misterio de su cabeza son revelados.
Los artrópodos nos rodean constantemente en nuestro mundo actual. Aunque algunas de estas criaturas, como las arañas o ciertos insectos que viven bajo las rocas, a menudo causan repulsión, en su mayoría estamos acostumbrados a que los artrópodos sean una parte importante de nuestro entorno. Y esto es algo positivo, ya que representan aproximadamente el 75% de todos los animales en la Tierra.
El término artrópodo se refiere a cualquier criatura invertebrada (es decir, que carece de columna vertebral) que posee un exoesqueleto duro. Además de las mencionadas arañas, esta categoría incluye una vasta diversidad de insectos y crustáceos. De hecho, la variedad de animales considerados artrópodos es asombrosamente diversa, abarcando desde delicadas mariposas hasta escarabajos peloteros.
Sin embargo, existe una criatura con la que, afortunadamente, no tenemos que lidiar hoy en día: la Arthropleura, una bestia que bien podría haber sido una pesadilla. Este gigante similar a un milpiés vivió hace millones de años y, aunque absolutamente aterrador, es también una de las criaturas más fascinantes que el registro fósil nos ha presentado.
La Arthropleura: Un milpiés gigante de proporciones épicas

Si bien los artrópodos son ubicuos en el mundo moderno, en estos tiempos, afortunadamente, no tenemos que preocuparnos por milpiés gigantes deambulando por la tierra. Pero hace más de 300 millones de años, tal escenario era una realidad palpable.
Descubierta por primera vez por científicos en el Reino Unido en 1854, la Arthropleura fue el artrópodo más grande de todos los tiempos, alcanzando hasta 2.6 metros de largo (8.5 pies) y pesando más de 45 kilogramos (100 libras). Se cree que este tamaño colosal se debió a la abundante cantidad de oxígeno atmosférico en la Tierra durante el período en que existió Arthropleura. Basándose en los fósiles desenterrados hasta ahora, los científicos estiman que la criatura habitó en Norteamérica y Europa entre hace 290 y 346 millones de años.
No obstante, los primeros fósiles de Arthropleura encontrados no incluían la cabeza de la criatura, y los descubrimientos posteriores solo han revelado cabezas parciales en especímenes fragmentados. Todo esto significaba que gran parte de este animal gigante había permanecido en el misterio desde su descubrimiento a mediados del siglo XIX. Ahora, sin embargo, la búsqueda para encontrar un espécimen completo de la cabeza de Arthropleura ha llegado a su fin.
La cabeza de Arthropleura revelada por primera vez

Aunque la Arthropleura ha sido conocida por los científicos desde el siglo XIX, su clasificación ha resultado ser un desafío considerable. La visión generalmente aceptada es que la criatura era un tipo de milpiés, pero los científicos han debatido su designación taxonómica durante décadas (vía Science Advances). Sin una cabeza completamente conservada para estudiar, este debate parecía destinado a continuar. Pero en 2024, dos fósiles excepcionalmente bien conservados encontrados en Francia nos proporcionaron el primer vistazo de cómo era la cabeza de la Arthropleura. Y si bien es tan aterradora como uno podría imaginar que sería un milpiés gigante, el descubrimiento también reveló hechos fascinantes sobre este animal extinto hace mucho tiempo.
En la década de 1970, investigadores que trabajaban en una mina de carbón en Montceau-les-Mines, Francia, descubrieron especímenes de Arthropleura incrustados en un mineral conocido como siderita, uno de varios tipos de fósiles. El mineral aseguró que los restos de la criatura se habían preservado muy bien, pero hasta hace poco, los científicos carecían de los medios para generar un escaneo 3D preciso de los especímenes. En octubre de 2024, investigadores que trabajaban con dos especímenes de Montceau-les-Mines pudieron usar tomografía micro-computarizada de rayos X con imágenes de sincrotrón para crear escaneos completos de los fósiles. Uno de ellos, el espécimen de referencia, contenía una cabeza completa, revelando por primera vez las antenas, ojos, mandíbulas y otras partes bucales de la Arthropleura. El grupo publicó sus hallazgos en Science Advances.
Arthropleura: Un ‘mosaico de características de milpiés y cienpiés’

El descubrimiento más notable, resultado del trabajo de los investigadores, es que la Arthropleura poseía características similares tanto a los cienpiés como a los milpiés, o lo que el paleontólogo James Lamsdell llamó en un análisis del estudio, también publicado en Science Advances, “un mosaico de características de milpiés y cienpiés”. Sus dos pares de patas por segmento corporal son similares a los milpiés actuales, pero las mandíbulas completamente encapsuladas dentro de la cabeza y la segunda maxila (o hueso de la mandíbula) son mucho más parecidas a las de los cienpiés. Es más, se reveló que la Arthropleura tenía ojos pedunculados (montados en tallos), lo que hace que esa parte de su fisionomía sea única en comparación con los milpiés y cienpiés de hoy. De hecho, los ojos pedunculados son mucho más típicos entre los animales acuáticos, como los crustáceos.
Esencialmente, entonces, tenemos un híbrido gigante de milpiés, cienpiés y crustáceo, apenas más pequeño que un automóvil, que deambulaba por una tierra llena de invertebrados gigantes. Esta es una combinación única de lo interesante y lo aterrador. Pero más allá de eso, como escribe Lamsdell, “el misterio de Arthropleura ahora parece resuelto”. Más específicamente, el estudio de Science Advances parece dar crédito a los datos moleculares que ofrecieron una nueva forma de ver a los cienpiés y milpiés como pertenecientes a un grupo llamado Pectinopoda. Lamsdell conjetura que “Arthropleura, al combinar rasgos de milpiés y cienpiés, puede ser el primer soporte morfológico para esta hipótesis de relaciones basada en datos moleculares”.
Si bien quedan muchas más preguntas en torno a la Arthropleura, los últimos descubrimientos son sencillamente notables y nos recuerdan que incluso las criaturas prehistóricas más aterradoras son también infinitamente fascinantes.