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Chrysonotomyia Susbelli: El Asombroso Mundo de las Avispas Parásitas y el Descubrimiento de Especies Ocultas
Explora el inesperado descubrimiento de una minúscula avispa parásita, Chrysonotomyia susbelli, y su fascinante papel ecológico.
El planeta Tierra es un inmenso tesoro de vida, un lienzo vibrante donde se entrelazan ecosistemas complejos y una biodiversidad que, en gran parte, aún permanece desconocida. Aunque la ciencia ha identificado más de dos millones de especies de animales y plantas, los expertos estiman que esta cifra es apenas la punta del iceberg. Un estudio de 2011, publicado en la revista PLOS Biology, sugirió que el número real de especies en la Tierra podría rondar los 8.7 millones, casi cuatro veces más de lo que hemos clasificado hasta ahora. Cada año, los científicos desvelan miles de especies nuevas, acercándonos lentamente a un panorama más completo de la vida en nuestro planeta. Estos descubrimientos a menudo surgen en lugares insospechados, incluso en el corazón de entornos urbanos.
En la última década, la Universidad de Rice, ubicada en Houston, Texas, se ha forjado una reputación como un verdadero semillero de hallazgos entomológicos gracias al arduo trabajo de un equipo de investigación liderado por el profesor de biología Scott Egan. Desde 2014, el profesor Egan y su equipo han identificado 18 especies previamente desconocidas, demostrando que algunas de las revelaciones más sorprendentes de la naturaleza pueden estar esperándonos en nuestro propio patio trasero. Su hallazgo más reciente es Chrysonotomyia susbelli, un tipo de avispa que apenas alcanza un milímetro de tamaño. Esta es la cuarta especie de avispa descubierta en el campus de Rice en los últimos años, y podría ser la más sorprendente de todas.
¿Cómo se descubrió Chrysonotomyia susbelli?

El campus de la Universidad de Rice es hogar de más de 2,000 árboles de roble vivos, los cuales crean un hábitat acogedor para diversas especies. Un día, Brendan O’Loughlin, un estudiante de último año de Rice, caminaba cerca de algunos de estos árboles cuando avistó unos diminutos puntos amarillos que zumbaban entre las hojas. El equipo del profesor Egan había identificado previamente especies de avispas diminutas similares, pero estas tenían un color claramente diferente. O’Loughlin logró capturar algunas y las observó bajo el microscopio, revelando un patrón único de manchas oscuras sobre un cuerpo dorado. Inmediatamente, sospechó que había hecho un descubrimiento nuevo, pero necesitaba más pruebas para confirmarlo.
Para certificar su hallazgo, O’Loughlin unió fuerzas con el profesor Egan y el estudiante de posgrado Pedro Brandão-Dias, quien había realizado su propio descubrimiento de la avispa Valhalla en el campus de Rice unos años antes. También buscaron la ayuda de Mike Gates, entomólogo y experto en avispas del Instituto Smithsoniano. Juntos, el equipo realizó un análisis de ADN de las avispas y observó su comportamiento en su hábitat natural. Su conclusión final, publicada en la revista ZooKeys, determinó que la especie era completamente nueva para la ciencia.
Como el descubridor original, O’Loughlin tuvo el honor de nombrar a esta nueva especie. Notó que los colores de la avispa coincidían con los del Wiess College, su residencia en Rice. La mascota de Wiess es el