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Cómo Duermen los Peces y Otros Animales Marinos: Un Vistazo al Descanso Submarino

Descubre cómo duermen peces, tiburones y mamíferos marinos. Sus fascinantes métodos de descanso varían desde el letargo hasta el sueño unilateral cerebral.

Cómo Duermen los Peces y Otros Animales Marinos: Un Vistazo al Descanso Submarino

El mundo acuático alberga a decenas de miles de especies de peces, ya sea en acuarios, ríos, lagos u océanos. Al igual que todos los seres vivos, incluidos los humanos, cada uno de ellos requiere alguna forma de descanso para mantener su salud cognitiva y general. Por lo tanto, aunque los peces sí duermen, la manera en que lo hacen difiere significativamente de la de otros animales, revelando adaptaciones fascinantes.

A diferencia de los humanos, que suelen estar ajenos a su entorno durante el sueño profundo, los peces no pueden permitirse ese lujo. Ellos son capaces de descansar mientras, en su mayor parte, permanecen lo suficientemente conscientes para detectar la aproximación de un depredador. Durante este período de reposo, su metabolismo se ralentiza notablemente, por lo general dejan de nadar activamente y sus branquias bombean con menor frecuencia, optimizando el uso de energía.

Algunos peces simplemente flotan en aguas abiertas, utilizando su vejiga natatoria (una característica común en la mayoría de los peces) para mantener una profundidad estable y evitar así flotar hacia la superficie o hundirse mientras duermen. Otros, en cambio, buscan refugio en lugares seguros, como entre corales, plantas o rocas, e incluso se entierran en el barro. Por otro lado, especies específicas como el pez loro tienen una estrategia aún más particular: se envuelven en un capullo de mucosidad durante la noche. Esta capa protectora les sirve de escudo contra parásitos y depredadores, permitiéndoles obtener el descanso que necesitan sin mayores riesgos.

Tiburones y Mamíferos Marinos: Estrategias de Sueño Únicas

Cómo Duermen los Peces y Otros Animales Marinos: Un Vistazo al Descanso Submarino

Aunque existen similitudes entre ballenas y tiburones, como su atracción por los montes submarinos, sus hábitos de sueño son tan distintos entre sí como lo son de los peces comunes. Varias especies de tiburones, incluyendo el gran tiburón blanco, deben mantenerse en movimiento para poder respirar y oxigenar sus branquias, lo que significa que no pueden permitirse el lujo de detenerse por completo. Para descansar, pueden nadar lentamente contra una corriente o simplemente reducir su velocidad. Sin embargo, muchas otras especies de tiburones, como el tiburón damero, el tiburón de Port Jackson y el tiburón alfombra, no necesitan nadar constantemente para respirar. Es por ello que a menudo se les puede observar descansando inmóviles en el lecho marino (posiblemente cerca de montes submarinos), en cuevas poco profundas o bajo rocas de arrecifes. Un detalle interesante es que los tiburones suelen descansar con los ojos entreabiertos o completamente cerrados.

Estos patrones de sueño difieren ligeramente de los observados en ballenas y delfines. Sí, estos son mamíferos marinos, y la forma en que duermen en comparación con los peces es sumamente fascinante, considerando que también habitan en el océano. A diferencia de sus contrapartes marinas, los mamíferos marinos no respiran bajo el agua; deben subir a la superficie para tomar aire a través de sus espiráculos ubicados en la parte superior de sus cabezas. Debido a esta necesidad, no pueden simplemente yacer en el fondo marino. En su lugar, solo la mitad de su cerebro se ‘apaga’ a la vez, alternando entre un hemisferio y otro. De esta manera, una mitad del cerebro permanece siempre alerta de su entorno y los impulsa a subir a la superficie para respirar periódicamente, una adaptación asombrosa que garantiza su supervivencia.

Durante este estado de sueño unilateral, los mamíferos marinos suelen descansar en su lugar. Los delfines pueden permanecer inmóviles cerca de la superficie, nadar lentamente o incluso descansar en el lecho marino poco profundo, subiendo regularmente para respirar, y con un solo ojo cerrado. Por otro lado, las ballenas cachalote (o esperma) son famosas por descansar de forma vertical, pareciendo troncos flotantes cerca de la superficie, lo que les facilita emerger para tomar aire sin mayor esfuerzo.

Las Criaturas del Océano y Sus Ciclos de Sueño: Etapas y Ritmos Circadianos

Cómo Duermen los Peces y Otros Animales Marinos: Un Vistazo al Descanso Submarino

Los científicos han dedicado mucho tiempo al estudio del sueño en todas las criaturas, y continuamente realizan nuevos descubrimientos. De hecho, una investigación publicada en la revista Nature en 2019 sugiere que el pez cebra (o danio cebra), una pequeña especie, podría ser clave para desvelar los secretos de cómo evolucionó el sueño. Esto se debe a que muestran respuestas hormonales similares a las de los humanos durante el sueño regular, lo que indica que las ‘firmas’ neuronales del sueño comenzaron a desarrollarse hace más de 450 millones de años. El estudio reveló que estos peces, en particular, exhiben dos etapas de sueño que se asemejan a las fases de ondas lentas y REM (movimiento ocular rápido) que presentan los humanos, subrayando una conexión evolutiva profunda.

Además, los investigadores observaron que los peces siguen un ritmo circadiano regular (ciclo de sueño-vigilia) similar al de otros animales y humanos. La mayoría de las especies duermen por la noche, con la excepción de algunas como las anguilas y las rayas, que son principalmente nocturnas. Para los peces de acuario, estos ciclos de sueño suelen durar entre siete y doce horas al día, aunque se necesitan más estudios para comprender los patrones de sueño en peces salvajes. En cuanto a otras formas de vida marina, los investigadores creen que algunos tiburones poseen algún tipo de ritmo circadiano basado en la hora del día, pero la mayoría realiza siestas cortas, de diez minutos o menos. Las ballenas cachalote (y posiblemente otras especies de cetáceos grandes) también suelen dormir en períodos cortos, generalmente de solo diez a quince minutos, lo que les permite mantener la vigilancia necesaria en su vasto hábitat.