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Contaminación Lumínica: ¿Por Qué la Vía Láctea se Desvanece Ante Nuestros Ojos?

La contaminación lumínica oculta la Vía Láctea para millones. Descubre sus tipos, impacto global y efectos en la naturaleza y los humanos.

Contaminación Lumínica: ¿Por Qué la Vía Láctea se Desvanece Ante Nuestros Ojos?

Mirar el cielo nocturno y apreciar el difuso arco de la Vía Láctea es, sin duda, una de las experiencias más profundas y humildes que una persona puede vivir. Ese arco resplandeciente es, en realidad, una vista de lado de nuestro gigantesco disco galáctico, tan repleto de estrellas que ni siquiera sabemos cuántos sistemas solares alberga. Contemplar esta franja brillante nos recuerda la increíble rareza de cada vida dentro de la vastedad de la galaxia. Sin embargo, en la actualidad, cerca de un tercio de la población mundial está privada de este espectáculo inspirador.

La razón por la que tantas personas no pueden ver la Vía Láctea no tiene que ver con las estrellas en sí, ni con la posición de la Tierra en la galaxia. La porción visible de la Vía Láctea cambia según tu ubicación y la época del año, pero siempre deberías poder ver una parte de ella. Lamentablemente, los seres humanos hemos creado un problema que ahora impide que una gran parte de la población sea testigo de su entorno cósmico: la contaminación lumínica.

Cada farola, cada letrero de neón, cada luz en cada ventana de cada edificio se unen para iluminar vastas extensiones del cielo. Toda esa luz que se eleva desde el suelo oscurece las distantes luces que brillan sobre nosotros desde el cosmos. A medida que las áreas urbanas crecen sin cesar, el problema se agrava cada vez más, y en ciertas partes del planeta, es casi imposible volver a ver la Vía Láctea.

¿Qué tan grave es la contaminación lumínica a nivel mundial?

Contaminación Lumínica: ¿Por Qué la Vía Láctea se Desvanece Ante Nuestros Ojos?

Existen principalmente tres tipos de contaminación lumínica. El deslumbramiento se refiere al efecto de las luces sin protección, es decir, luminarias sin ninguna cubierta superior que dirija su brillo hacia abajo. Las bombillas desprotegidas permiten que la luz se disperse mucho más lejos, dificultando nuestra capacidad de ver con claridad al reducir el contraste entre los objetos. Otro tipo es la intrusión lumínica, que es como una luz extraviada. Se refiere a la luz que llega a lugares donde no debería, como las luces de un estadio que se filtran por las ventanas de las casas cercanas. Por último, está el brillo del cielo (skyglow), que es la acumulación de luz que se eleva hacia la atmósfera. Este es el tipo de contaminación lumínica que principalmente bloquea la vista de las estrellas y los cuerpos celestes.

Un estudio de 2016 publicado en Science Advances mapeó el brillo del cielo en todo el mundo y descubrió que el 80% de la población humana está afectada por la contaminación lumínica, y para un tercio de esa población, es tan grave que no pueden ver la Vía Láctea. El problema es más acentuado en las áreas urbanas, y el Mapa de Contaminación Lumínica muestra que es particularmente severo en los Estados Unidos, Europa, India y Asia Oriental. El estudio de 2016 encontró que la mitad de la superficie terrestre de EE. UU. y casi el 90% de la superficie terrestre en Europa sufren de contaminación lumínica. Sin embargo, debido a que las poblaciones se concentran en las ciudades, esa superficie terrestre en realidad equivale al 99% de los estadounidenses y europeos que tienen pocas posibilidades de ver las estrellas.

Los impactos de la contaminación lumínica

Contaminación Lumínica: ¿Por Qué la Vía Láctea se Desvanece Ante Nuestros Ojos?

La contaminación lumínica es un factor que a menudo se pasa por alto en las discusiones sobre el cambio climático. Si bien las emisiones de gases de efecto invernadero y los residuos en los vertederos necesitan ser abordados con urgencia, también debemos reconocer que la luz es un contaminante y que se combina con otros tipos de contaminantes, exacerbando sus efectos. Las partículas de gases de efecto invernadero en el aire dispersan la luz, y las nubes la reflejan, aumentando el nivel de brillo del cielo hasta mil veces.

Una forma en que la contaminación lumínica daña el medio ambiente es alterando los ciclos de día y noche. Los animales dependen de estos ciclos para saber cuándo comer y dormir, y su sentido del tiempo se ve perturbado cuando el cielo nocturno no se oscurece realmente. Algunas poblaciones sufren al ser más visibles para sus depredadores, especialmente los insectos que son atraídos por la luz. Además, la luz y la oscuridad afectan el crecimiento de las plantas, alterando el delicado equilibrio de la naturaleza.

Los seres humanos también sufrimos las consecuencias. Nuestros propios ritmos circadianos se ven alterados por la contaminación lumínica, impidiendo que muchas personas obtengan el sueño reparador que necesitan para mantener su salud y bienestar. En cuanto al impacto en la observación de estrellas, la contaminación lumínica es un gran detrimento para la ciencia. No solo la población en general lucha por ver la Vía Láctea, sino que los astrónomos tienen cada vez menos lugares adecuados para estudiar el disco galáctico. Esto podría mermar la aparición de nuevas generaciones de científicos potenciales, ya que muchos niños no pueden experimentar el asombro inspirador de ese mágico arco lechoso que una vez cautivó a la humanidad.