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DEET: Guía Definitiva para una Protección Segura y Eficaz contra Insectos
Descubre DEET: tu aliado seguro contra insectos. Aprende cómo protege eficazmente de picaduras y enfermedades. Información esencial.
El verano nos invita a disfrutar del aire libre, ya sea acampando, haciendo senderismo o explorando vías fluviales en kayak. Sin embargo, las altas temperaturas a menudo traen consigo un elemento indeseado: los insectos. Estos pequeños seres, especialmente los mosquitos, pueden convertir una placentera excursión en una pesadilla. Un enjambre de estos chupasangres es suficiente para arruinar cualquier viaje. Aunque existen destinos con menos problemas de mosquitos, lo más probable es que te los encuentres, junto con moscas y jejenes, en casi cualquier lugar cuando la temperatura es la adecuada. Esto también aplica para plagas como niguas, pulgas y, potencialmente, garrapatas portadoras de enfermedades, por lo que es fundamental contar con una buena defensa. Cubrir el cuerpo es una forma efectiva de evitar picaduras, incluso usando una malla mosquitera, que, si bien es útil, puede resultar incómoda o claustrofóbica. Otra defensa sumamente eficaz es el repelente de insectos, y nada ha demostrado ser tan potente como el compuesto conocido como DEET. A pesar de su fuerte olor químico, muchas personas tienen dudas sobre su seguridad, un temor que a menudo se basa más en percepciones infundadas que en evidencia científica sólida.
¿Qué es el DEET?

El DEET es una mezcla de químicos cuyo nombre científico es N,N-dietil-meta-toluamida. Esta sustancia fue inventada en 1946 por el ejército de Estados Unidos como defensa contra los mosquitos que acosaban a los soldados americanos en el teatro del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Fue aprobado para uso civil en EE. UU. en 1957, y desde entonces ha sido un ingrediente activo clave en muchos repelentes de insectos. Es importante destacar que el DEET no es un insecticida, es decir, no mata a los insectos; en cambio, los repele con su olor fuerte y desagradable. Actualmente, más de 200 millones de personas lo utilizan en todo el mundo. Si bien algunos lo emplean simplemente para hacer sus campamentos más agradables, también es una herramienta altamente eficaz para prevenir enfermedades transmitidas por insectos como la malaria, el dengue, el virus del Nilo Occidental, el virus Zika, la enfermedad de Lyme y la fiebre de las Montañas Rocosas. Los productos con DEET vienen en diversas presentaciones: atomizadores, líquidos, lociones, toallitas y roll-ons, generando ingresos globales significativos. La concentración de DEET en un repelente puede variar desde un 5% hasta un 99%, aunque una concentración de entre 20% y 30% es suficiente para ofrecer hasta cinco horas de protección. Su uso generalizado se debe a su excepcional desempeño. Según el Dr. Joseph Kennedy, médico y toxicólogo médico del Centro Médico de la Universidad de Vermont, es “sorprendentemente eficaz”.
¿Es el DEET seguro?

La reputación del DEET se vio afectada en la década de 1980, cuando se reportaron algunas muertes tras la ingestión de la sustancia. Algunas personas también lo confunden con el pesticida DDT (ahora prohibido), que sí se relacionó con diversos problemas de salud, incluyendo cáncer y defectos de nacimiento. El DEET es un cóctel químico con un olor fuerte y cáustico, y su uso está aprobado solo para la piel, el cabello, la ropa y el calzado. Como tal, puede causar irritación cutánea si no se usa correctamente. Es extremadamente desagradable si entra en contacto con los ojos o la boca. Se han reportado casos extremadamente raros de convulsiones, pero esto ocurre solo una vez por cada 100 millones de usos. El olor químico característico del DEET es precisamente lo que lo hace tan efectivo, y a pesar de su posible percepción de toxicidad, no hay evidencia científica que demuestre que sea cancerígeno. Los estudios no han encontrado ningún vínculo entre el uso de DEET y el cáncer, ni tampoco causa problemas relacionados con el embarazo o defectos de nacimiento. El DEET es seguro para niños, aunque se recomiendan concentraciones inferiores al 24%, y una pequeña cantidad rinde mucho. Es crucial que los niños nunca se lo apliquen solos. Lo más importante a tener en cuenta sobre el DEET es que debe usarse únicamente según las indicaciones. Esto significa nunca aplicarlo sobre cortes abiertos o piel irritada, evitar rociarlo en los ojos, no inhalarlo ni ingerirlo, y tratar de limitar su uso, ya que los incidentes de salud negativos, aunque raros, se han vinculado principalmente a aplicaciones excesivas. Ahora que conoces una forma efectiva de lidiar con los insectos, puedes disfrutar de tus actividades al aire libre con mayor tranquilidad.