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Descifrando el Pasado Humano: La Huella Genética de Neandertales y Denisovanos en Homo Sapiens
Nuevas investigaciones revelan la compleja historia del mestizaje entre humanos modernos, Neandertales y Denisovanos.
Los primeros fósiles humanos antiguos que los científicos descubrieron, a mediados del siglo XIX, correspondieron a los Neandertales (Homo neanderthalensis). Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XX y principios del XXI que se confirmó que compartían ADN mitocondrial con los humanos modernos (Homo sapiens), un hallazgo que transformó nuestra comprensión de la evolución humana. Esta revelación abrió la puerta a una visión más compleja de nuestro árbol genealógico, lejos de una línea evolutiva simple y directa.
Luego, un descubrimiento trascendental en 2008, en la cueva de Denisova en las montañas Altai de Siberia, reveló la existencia de una nueva especie humana: los Denisovanos. Tras analizar más restos óseos y realizar pruebas genéticas exhaustivas, los científicos han determinado que estos Denisovanos también se entrecruzaron con los humanos modernos, dejando una huella genética en poblaciones actuales.
Investigaciones recientes, apoyadas por el Consejo Europeo de Investigación y publicadas en la prestigiosa revista Nature Genetics, han profundizado en esta intrincada relación. La Profesora Asociada de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Brown, Emilia Huerta-Sanchez, y la Dra. Linda Ongaro, investigadora postdoctoral del Trinity College Dublin, compararon los genes Denisovanos y los de los humanos modernos. Sus hallazgos identificaron firmas genéticas comunes en tres momentos distintos de las etapas del hombre primitivo. El primero ocurrió hace aproximadamente 46,000 años, el segundo hace unos 30,000 años, y el tercero, posiblemente hace 15,000 años, sugiriendo una correlación compleja entre estos linajes ancestrales.
La Dra. Ongaro enfatizó que “es un error común pensar que los humanos evolucionaron de repente y de forma ordenada a partir de un ancestro común”. Por el contrario, “cuanto más aprendemos, más nos damos cuenta de que el cruzamiento con diferentes homínidos ocurrió y ayudó a dar forma a las personas que somos hoy”. Esta visión desafía la narrativa lineal de la evolución, presentando un panorama de interacción y mestizaje genético mucho más dinámico y enriquecedor.
¿Cuánto sabemos sobre los Denisovanos en la evolución humana?

Al estudiar la historia de la vida en la Tierra, los científicos han confirmado que los Neandertales vivieron entre 28,000 y 300,000 años atrás, coexistiendo con Homo sapiens durante largos períodos antes de su extinción. En contraste, con solo un fragmento de dedo, una mandíbula, fragmentos de cráneo y algunos dientes de Denisovano para analizar, los investigadores han concluido que esta especie humana habitó la Tierra entre 30,000 y 500,000 años atrás. Dentro del gran esquema de la evolución humana, el ADN revela que los Neandertales eran primos de los Denisovanos, y que sus linajes se separaron hace aproximadamente 400,000 a 500,000 años.
En su artículo en Nature Genetics, los científicos propusieron que —basándose en todos los diferentes tipos de fósiles descubiertos, incluyendo los hallados en la Cueva del Karst de Baishiya en la Meseta Tibetana de China— varias poblaciones Denisovanas vivieron en áreas geográficas distantes. Como resultado, se adaptaron a sus entornos únicos, y esos rasgos genéticos fueron heredados por los humanos modernos que viven en esas áreas hoy en día, demostrando la increíble capacidad de adaptación y la relevancia del legado genético.
Entre estos rasgos heredados se encuentra un locus genético que confiere tolerancia a la hipoxia, o condiciones de bajo oxígeno, lo cual tiene mucho sentido ya que se observa en las poblaciones tibetanas, facilitando su vida en altas altitudes. Además, se han identificado múltiples genes que otorgan una inmunidad acentuada, y uno que afecta el metabolismo de los lípidos, proporcionando calor cuando es estimulado por el frío, lo que confiere una ventaja a las poblaciones Inuit en el Ártico, como explicó la Dra. Ongaro al Trinity College Dublin. Esto subraya cómo la diversidad genética de nuestros ancestros sigue influyendo en nuestra biología actual.
La Dra. Ongaro confía en que futuras investigaciones de poblaciones subestudiadas y los nuevos fósiles Denisovanos descubiertos llenarán algunos vacíos sobre cómo esta especie ancestral ha influido en los humanos modernos. Estos hallazgos no solo reescriben partes de nuestra historia evolutiva, sino que también nos recuerdan la fascinante complejidad de nuestra herencia genética y la continua interacción entre diferentes ramas de la humanidad a lo largo de milenios. La búsqueda de un entendimiento completo de quiénes somos y de dónde venimos continúa, revelando una historia rica en mestizaje y adaptación.