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Descubre la Auténtica Gastronomía Italiana: El Secreto de 'Mi Faccia Felice'
Sumérgete en la cultura culinaria italiana. Confía en el chef, come como un local y vive una experiencia inolvidable.
Para quienes buscan una verdadera inmersión en la cultura gastronómica de Italia, el célebre gurú de viajes Rick Steves tiene una frase favorita que abre las puertas a una experiencia verdaderamente personalizada. “Para disfrutar más a fondo, me gusta ponerme en manos del chef”, explica Steves en su artículo “Por qué amo comer en Italia”. “O averiguo qué tienen ganas de servir, o simplemente digo: ‘Mi faccia felice’ (‘Hazme feliz’) y establezco un límite de precio.”
El consejo de Steves es una invitación a rendirse al momento culinario, permitiendo que el chef lo sorprenda con aquello que le entusiasma más preparar. Y al igual que los sabios consejos de Anthony Bourdain para identificar los mejores lugares para comer donde van los locales, Steves subraya que todo se reduce a ellos. “Dondequiera que esté en Europa, las señales de un buen restaurante incluyen una ubicación modesta, muchos locales y un menú corto, escrito a mano y disponible solo en el idioma local”, escribe.
Estos no son lugares diseñados para turistas. Son el tipo de restaurantes donde un menú limitado es sinónimo de que todo se prepara al momento, con ingredientes frescos del día. Además, el menú está en el idioma local porque atiende al paladar de la comunidad. El resultado de dejar su destino en manos del chef será, muy probablemente, una comida que usted jamás habría imaginado por su cuenta, elaborada con lo más fresco que ofrece el mercado ese día. “De hecho, esa es una de las razones por las que me gusta comer en un restaurante pequeño: porque uno tiene contacto con el chef”, comenta Steves. “Es como hablar con su masajista mientras trabaja, una conexión personal y genuina que enriquece toda la experiencia culinaria.”
Por qué “Mi faccia felice” lleva a una comida inolvidable

Si bien Rick Steves ofrece muchísimos consejos geniales para evitar comer como un turista en Italia, confiar en que el chef sabe lo que hace es una estrategia definitiva. Lo que hace que esta frase sea tan poderosa no es solo que resulte en buena comida, sino que se conecta con toda una cultura construida en torno a la veneración por los ingredientes, la estacionalidad y la hospitalidad. En Italia, la gastronomía es mucho más que simplemente alimentarse; es casi una forma de vida, una filosofía.
Según Steves: “Los italianos son apasionados por la comida. La cocina es como una religión, y la calidad de los ingredientes es lo más sagrado.”
Él explica que los italianos creen que la mejor cocina comienza en el mercado. “Algunos platillos solo están disponibles durante un corto período, cuando los ingredientes están en su punto óptimo”, dice Steves. “Por ejemplo, la vignarola es un guiso que consiste en alcachofas, guisantes y habas. Pero los chefs solo lo preparan durante unas pocas semanas cada primavera, en un momento perfecto de estacionalidad, cuando todo está rebosante de sabor.” Decir “Mi faccia felice” lo invita a participar de ese ritual, brindando a los chefs la oportunidad de mostrar lo que está más fresco y aquello que les entusiasma más servir. Además, en las pequeñas trattorias, las conversaciones con el chef pueden incluir bonificaciones como historias sobre huertos caseros y pollos de corral, añadiendo un toque personal y auténtico a su velada.
Parte de la indulgencia radica en que estas comidas a menudo se extienden por horas. No se debe a un servicio lento, sino a que los italianos consideran la cena como el evento principal de la noche, un momento para disfrutar sin prisas. Cuando finalmente pida la cuenta —porque no la traerán a menos que usted lo haga—, es probable que se encuentre rodeado de platos vacíos y recuerdos felices, testimonio de una experiencia culinaria plenamente vivida. Así que la próxima vez que esté en Italia, busque una humilde trattoria, haga contacto visual con el chef y pronuncie las palabras: “Mi faccia felice”. No se arrepentirá.