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Descubriendo los Dicynodontes: Gigantes Prehistóricos y el Legado Paleontológico Indígena

Los dicynodontes, ancestros de mamíferos, revelan la rica historia de la Tierra y la sorprendente sabiduría paleontológica indígena.

Descubriendo los Dicynodontes: Gigantes Prehistóricos y el Legado Paleontológico Indígena

En 1845, el renombrado paleontólogo británico Sir Richard Owen anunció el hallazgo de una nueva especie a partir de fósiles desenterrados en Sudáfrica. En aquel momento, solo se habían encontrado fragmentos del cráneo de la criatura, pero estos bastaron para captar una atención considerable. Aunque con apariencia reptiliana, con un pico similar al de una tortuga, presentaba un par de colmillos parecidos a los de una morsa, a pesar de la ausencia de otros dientes en la mandíbula. Owen bautizó su hallazgo como Dicynodon, del latín “dos dientes caninos”, y notó que las significativas variaciones en el tamaño de los fósiles indicaban la existencia de múltiples especies de dicynodontes.

La reputación de Richard Owen es inigualable, siendo el hombre que acuñó el término “dinosaurio”. Sin embargo, en este descubrimiento particular, parece que llegó tarde. Una obra de arte rupestre del pueblo San de Sudáfrica, estimada del principios del siglo XIX, parece representar un dicynodonte al menos una década antes del “descubrimiento” de Owen, a pesar de que los dicynodontes se extinguieron hace aproximadamente 200 millones de años. Un reciente artículo publicado en PLOS One por Julien Benoit, paleontólogo de la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica, ofrece una explicación sencilla a este misterio. Mientras el progreso de la ciencia se ha trazado consistentemente desde una perspectiva eurocéntrica, los pueblos indígenas han estado involucrados en sus propios actos de paleontología desde hace mucho tiempo, y sus artes y culturas podrían albergar aún más descubrimientos sobre el antiguo pasado de la Tierra.

Los Dicynodontes: Ancestros Tempranos de los Mamíferos

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Hoy se sabe que Dicynodon no era una sola especie, sino un clado completo. La cladística, un término taxonómico menos conocido, es la práctica de organizar especies en árboles evolutivos. Un clado es un grupo que incluye a todos los descendientes de un ancestro común, y parece que existieron más de 70 géneros distintos dentro del clado de los dicynodontes. Sus fósiles varían drásticamente en tamaño, desde el de pequeños roedores hasta el Lisowicia bojani, una especie de dicynodonte hallada en Polonia que rivalizaba en tamaño con los elefantes modernos.

A primera vista, un cráneo de dicynodonte podría hacer pensar que es un tipo de reptil, dado su pico similar al de una tortuga o un triceratops. Sin embargo, los dicynodontes están más emparentados con nosotros que con cualquier lagarto. Pertenecían a un grupo denominado terápsidos, del cual evolucionaron originalmente los mamíferos modernos.

Los dicynodontes son incluso más antiguos que los dinosaurios, habiendo surgido hace aproximadamente 270 millones de años, durante el Período Pérmico. Sorprendentemente, lograron sobrevivir al final del Pérmico, la peor de las cinco grandes extinciones masivas de la Tierra. Los fósiles sugieren que los dicynodontes vivieron hasta el Período Triásico, el primer período en el que vivieron los dinosaurios, lo que significa que los dicynodontes y los dinosaurios coexistieron por un tiempo antes de que los primeros se extinguieran hace unos 200 millones de años, mientras los dinosaurios consolidaban su dominio sobre el planeta. No obstante, antes de ser superados por los gigantes reptiles, los dicynodontes fueron los vertebrados más dominantes en la Tierra, y su legado puede rastrearse a través de fósiles en todo el mundo.

¿Cómo un Dicynodonte Terminó en una Pintura Rupestre?

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Los fósiles de dicynodontes se distinguen notablemente por sus colmillos. Aunque el papel exacto de estos en la vida del animal es incierto, considerando que eran herbívoros, constituyen una marca distintiva para los paleontólogos. Cuando se descubrió una pintura rupestre en una cueva de la provincia de Estado Libre, Sudáfrica, que representaba un animal con largos colmillos —muy lejos del hábitat de cualquier morsa—, un dicynodonte se convirtió en el principal sospechoso. La pintura incluso muestra puntos en la piel del animal, reminiscentes de la piel rugosa observada en los fósiles de dicynodontes.

El arte hallado en el Estado Libre fue datado entre 1821 y 1835, al menos una década antes de que Richard Owen “descubriera” el Dicynodon. Fue pintado por miembros del pueblo indígena San. Como cazadores-recolectores nómadas, los San fueron los habitantes originales del sur de África, pero su cultura fue severamente afectada por el colonialismo europeo, que resultó en la esclavización de muchos de ellos. Hoy en día, la mayoría de los San viven en áreas rurales o de alta pobreza, y su rica cultura y tradiciones se encuentran amenazadas.

Esta fascinante pintura sugiere que los San estaban registrando descubrimientos paleontológicos hace al menos 200 años, al mismo tiempo que los europeos apenas comenzaban a desvelar los secretos de los fósiles. La cueva en cuestión se encuentra en la región de Karoo, Sudáfrica, un punto clave para los fósiles de dicynodontes. Parece que los San estuvieron desenterrando especímenes mucho antes de que los europeos comenzaran a excavar la zona. Quizás lo más revelador de todo es que la pintura del dicynodonte muestra al animal en una posición muy específica: la misma postura de “muerte estirada” que se encuentra en fósiles de dicynodontes en todo el mundo.

Este hallazgo subraya una verdad crucial: el conocimiento sobre el pasado de la Tierra no se limita a la ciencia occidental. Las culturas indígenas poseen un vasto acervo de sabiduría y observaciones, que bien podrían contener claves para futuras revelaciones sobre la paleontología y la historia natural de nuestro planeta. Reconocer y valorar estas perspectivas es fundamental para una comprensión más completa de nuestro mundo prehistórico.