Inicio / Ciencia

El Fascinante Mundo de la Simbiosis: Alianzas Increíbles entre Insectos y Hormigas (y Algunas Sorpresas)

Explora las asombrosas relaciones simbióticas donde insectos y arañas colaboran con hormigas, revelando la intrincada **red de vida** natural.

El Fascinante Mundo de la Simbiosis: Alianzas Increíbles entre Insectos y Hormigas (y Algunas Sorpresas)

Las relaciones simbióticas —asociaciones cercanas y mutuamente beneficiosas entre especies— figuran entre las dinámicas más cautivadoras del mundo natural. Estas colaboraciones abarcan desde los vínculos vitales entre plantas e insectos polinizadores hasta interdependencias más complejas, como las que se forman entre ciertos hongos y especies de árboles. Es un claro ejemplo de mutualismo, donde cada participante obtiene un beneficio.

El universo de los insectos rebosa de tales asociaciones, y las hormigas, con su naturaleza industriosa y social, están en el centro de muchas de ellas. Numerosas especies de insectos han desarrollado estrategias ingeniosas para integrarse en las colonias de hormigas, intercambiando servicios —como alimento— por el privilegio de vivir dentro de la esfera de influencia de la colonia.

Especies de pulgones, orugas y escarabajos se han adaptado de maneras extraordinarias para coexistir con las hormigas. Incluso, investigaciones recientes han revelado que los simbiontes microbianos —microorganismos que establecen relaciones ventajosas con sus anfitriones— desempeñan un papel crucial en el fortalecimiento de estos lazos. A continuación, exploraremos cuatro insectos (y un sorprendente “invasor” arrastrándose) que han desarrollado relaciones simbióticas con las hormigas, y cómo estas conexiones benefician a ambas partes.

Pulgones

El Fascinante Mundo de la Simbiosis: Alianzas Increíbles entre Insectos y Hormigas (y Algunas Sorpresas)

Varias especies de hormigas mantienen relaciones ampliamente estudiadas con los pulgones, esos diminutos insectos chupadores de savia que, a menudo, causan gran preocupación a agricultores y jardineros debido al daño que pueden provocar en las plantas. De hecho, las hormigas argentinas, una de las especies invasoras que está causando estragos en California, son conocidas por tener una relación simbiótica con los pulgones, lo que es una de las razones por las que se han vuelto tan problemáticas en ese estado. Cuando los pulgones se alimentan, secretan melaza, un subproducto rico en azúcares de su proceso digestivo, que es sumamente valiosa para la dieta de las hormigas. A cambio de esta fuente de alimento, las hormigas brindan a los pulgones protección contra depredadores, generando una relación de beneficio mutuo que ha fascinado a los científicos durante décadas.

Esta asociación exhibe asombrosos niveles de cooperación. Las hormigas, activamente, “pastorean” a los pulgones, trasladándolos a plantas nuevas y saludables para asegurar un suministro constante de savia y melaza. Las hormigas incluso “arrean” a los pulgones hacia las partes más grandes y sanas de una planta, o los conducen bajo sus hojas para protegerlos del clima adverso y mantenerlos fuera de la vista de los depredadores. Durante el clima frío o por la noche, las hormigas pueden llevar a los pulgones consigo a su colonia subterránea para protegerlos.

Tan establecida está esta relación simbiótica que, para algunas hormigas obreras, el cuidado de sus socios pulgones es el único trabajo de su colonia. Sorprendentemente, esta asociación permite a las hormigas “ordeñar” eficazmente a los pulgones para obtener su melaza, estimulándolos con sus antenas para que secreten más de esta sustancia.

Orugas

El Fascinante Mundo de la Simbiosis: Alianzas Increíbles entre Insectos y Hormigas (y Algunas Sorpresas)

La relación simbiótica entre hormigas y orugas, en particular las de la familia de mariposas Lycaenidae, es otro intrigante ejemplo de mutualismo en el mundo natural. Ciertas orugas han evolucionado para secretar néctar azucarado desde una glándula especializada llamada órgano nectarífero dorsal, que las hormigas consumen con avidez. De manera similar al “contrato” conductual entre hormigas y pulgones, las hormigas actúan como feroces guardaespaldas contra posibles depredadores a cambio de esta fuente de alimento.

Fascinantemente, los científicos sospechan que estas orugas también producen una señal química que, esencialmente, les indica a las hormigas que se tranquilicen y las vean como aliadas en lugar de enemigas. También hay evidencia de que estas orugas aumentan deliberadamente la producción de su néctar azucarado en momentos de crisis para incentivar a las hormigas a quedarse, incluso produciendo pequeños sonidos de chasquidos o chirridos que actúan como balizas para las hormigas. Más allá de la protección, las hormigas también acicalan a las orugas, liberándolas de plagas dañinas.

Investigadores han demostrado, además, que las formas larvales y pupales de la especie de mariposa Maculinea rebeli son capaces de imitar tan bien a las hormigas rojas que estas las trataban como si fueran reinas de su propia colonia, llegando incluso a sacrificar sus vidas por su protección. Quizás lo más sorprendente es que se han encontrado algunas orugas deambulando libremente en las profundidades de los nidos de especies de hormigas conocidas por su naturaleza agresiva, lo que sugiere que actúan como una especie de parásito social y simbiótico dentro de la colonia.

Escarabajos

El Fascinante Mundo de la Simbiosis: Alianzas Increíbles entre Insectos y Hormigas (y Algunas Sorpresas)

Los escarabajos representan algunos de los simbiontes de hormigas más ingeniosos y diversos, con numerosas especies que han desarrollado relaciones complejas que van desde el mutualismo hasta el parasitismo franco (sí, el parasitismo es un tipo de relación simbiótica). Las especies de escarabajos mirmecófilos —aquellos que se asocian con hormigas y se benefician de ellas— a menudo recurren al mimetismo, el engaño y la comunicación química para integrarse en las colonias de hormigas. Algunos escarabajos, como los del género Paussus, incluso exhiben adaptaciones físicas significativas que los hacen parecer, a las hormigas, miembros de su propia colonia, lo que les permite utilizar los recursos de la colonia y reproducirse libremente.

Investigaciones también han revelado que la especie de escarabajo Nymphister kronaueri, nativa de las selvas tropicales de Costa Rica, viaja como “autoestopista” en la espalda de las hormigas guerreras. Los escarabajos se adhieren al tórax de las hormigas y se asemejan tanto a los estómagos de sus anfitriones en apariencia que es casi imposible distinguirlos del cuerpo normal de la hormiga. Las hormigas guerreras son conocidas por llevar estilos de vida nómadas, lo que otorga a estos escarabajos “viajeros” acceso regular a nuevas fuentes de alimento.

Aún más fascinante es la investigación que muestra que los biomas intestinales de los escarabajos mirmecófilos (amantes de las hormigas) están realmente adaptados a sus entornos de hormigas, lo que significa que probablemente ayudan a estas especies de escarabajos a producir compuestos químicos que imitan las feromonas de las hormigas. Estos hallazgos sugieren que estas relaciones entre escarabajos y hormigas, algunas de las cuales se remontan a cientos de millones de años, van más allá de los cambios conductuales o fenotípicos para afectar incluso a los microbiomas de estas especies.

Saltafollas / Chicharras

El Fascinante Mundo de la Simbiosis: Alianzas Increíbles entre Insectos y Hormigas (y Algunas Sorpresas)

Los saltafollas (también conocidos como chicharras o membrácidos) son insectos alados de apariencia peculiar que, al igual que los pulgones, se alimentan succionando savia de las plantas. También producen melaza azucarada, que las hormigas recolectan como una fuente de alimento rica en nutrientes, especialmente cuando otros tipos de alimento no están fácilmente disponibles. Las hormigas permanecen cerca y protegen a los saltafollas de los depredadores, pero también cumplen una función secundaria al prevenir la acumulación de exceso de melaza, lo que puede resultar en el crecimiento de hongos y reducir la movilidad de los insectos.

Cuando son atacados —generalmente por mariquitas depredadoras— los saltafollas emiten una llamada de alarma vibratoria a la que las hormigas se sienten atraídas, lo que aumenta las posibilidades de que los insectos sean protegidos de la amenaza. Investigaciones han demostrado que, durante estas alarmas, la probabilidad de altercados entre hormigas y mariquitas se duplicó con creces, ilustrando la eficacia del sistema de seguridad simbiótico de los saltafollas.

Uno de los beneficios para los saltafollas en esta relación mutualista es la crianza de los hijos. Las madres de saltafollas en nidadas sin una población de hormigas presente se mantienen cerca de sus crías para asegurar su seguridad, pero aquellas con hormigas cerca se alejarán y establecerán otra puesta (un grupo de huevos). De esta manera, la relación simbiótica altera incluso el comportamiento reproductivo entre estos insectos.

Mención Honorífica: Arañas

El Fascinante Mundo de la Simbiosis: Alianzas Increíbles entre Insectos y Hormigas (y Algunas Sorpresas)

Aunque las arañas no son insectos, también forman relaciones simbióticas con las hormigas. Y, dado que las arañas a menudo se alimentan de hormigas, esto es particularmente notable. Sin embargo, investigadores en Panamá han observado dos especies de arañas tejedoras de orbes que han establecido sus hogares en plantas de acacia defendidas por colonias de hormigas. La interacción forma una asociación tripartita: las hormigas protegen la planta de acacia de posibles enemigos hambrientos a cambio de los azúcares y proteínas de las hojas de la planta, mientras que también ahuyentan a los depredadores que cazarían a las arañas. Por su parte, las arañas tejedoras de orbes, lo suficientemente pequeñas como para mantenerse alejadas de las hormigas durante el día, emergen por la noche y despliegan sus trampas de telaraña, capturando plagas que podrían dañar la planta.

Otras especies de arañas han desarrollado adaptaciones morfológicas para parecerse casi idénticas a las colonias de hormigas con las que interactúan. Muchas más han sido descubiertas viviendo directamente en las propias colonias de hormigas, lo que les concede acceso a un ambiente estable y una fuente de alimento confiable. Algunas especies están tan integradas en la vida de la colonia que no logran adaptarse a la vida fuera de ella si son removidas, lo que subraya el grado en que las relaciones simbióticas en la naturaleza pueden afectar la existencia y la identidad ecológica de un animal.

Estas intricadas conexiones revelan la sorprendente complejidad y la profunda interdependencia que definen la vida en nuestro planeta. Las hormigas, en particular, demuestran ser arquitectas de una vasta red de colaboraciones biológicas, donde cada especie encuentra su nicho y contribuye al equilibrio dinámico del ecosistema.