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El Impacto Oculto de tu Tipo de Sangre: Claves para Entender tu Salud y el Sistema Inmune
Tu grupo sanguíneo revela más que compatibilidad. Descubre cómo influye en tu sistema inmune, riesgos de sangrado y formación de coágulos.
Hoy en día, la importancia del grupo sanguíneo es bien conocida, pero esta es una revelación relativamente reciente. Antes del siglo XX, los médicos creían que toda la sangre era idéntica, lo que lamentablemente conducía a resultados médicos trágicos, incluyendo transfusiones fatales. Afortunadamente, ahora sabemos que el tipo de sangre es una de las características genéticas más cruciales, y hemos identificado los grupos sanguíneos para garantizar que las transfusiones no terminen en tragedia. Pero su influencia va mucho más allá de la compatibilidad en una donación. Donde antes se creía que toda la sangre era universal, hoy entendemos que es una clave profunda de nuestra biología individual.
En total, existen ocho tipos de sangre: O positivo, O negativo, A positivo, A negativo, B positivo, B negativo, AB positivo y AB negativo. Algunos son más raros que otros. Por ejemplo, en la población de EE. UU., el tipo de sangre AB negativo es el más escaso, presente en solo el 0.6% de las personas, seguido por el B negativo (1.5%) y el AB positivo (3.4%). Los tipos de sangre más comunes son el O positivo (37.4%) y el A positivo (35.7%). Esta distribución varía ligeramente a nivel global, pero la existencia de estas ocho categorías es universal.
Si bien nuestro tipo de sangre determina a quién podemos donar y de quién podemos recibir sangre, también revela mucho sobre nuestro sistema inmune. Los grupos sanguíneos se definen por la presencia o ausencia de antígenos en la superficie de nuestros glóbulos rojos. Todas las células de nuestro cuerpo tienen marcadores de superficie o antígenos, que son cualquier sustancia a la que el sistema inmune puede responder. Cuando nuestro sistema inmune identifica un antígeno que ya existe en las propias células de nuestro cuerpo, generalmente no sucede nada. Pero cuando se encuentra con un antígeno desconocido, lo ataca. Por lo tanto, si recibimos una transfusión de sangre que contiene glóbulos rojos cubiertos de antígenos diferentes a los que ya se encuentran en nuestro cuerpo, nuestro sistema inmune atacará la sangre nueva, lo que hace crucial identificar el tipo de sangre correcto para evitar reacciones adversas y potencialmente mortales.
Pero los antígenos en nuestros glóbulos rojos nos dicen más que solo qué tipo de sangre usar para las transfusiones. Revelan mucho sobre nuestro sistema inmune, y parece que un tipo de sangre específico podría significar que eres más propenso a sufrir una experiencia dolorosa y potencialmente mortal en situaciones de emergencia.
El Mayor Riesgo para Quienes Tienen Sangre Tipo O
Dado que los diferentes tipos de sangre contienen glóbulos rojos con distintos antígenos, esto significa que todos tenemos sistemas inmunes que responderán de manera diferente a ciertas situaciones. Las enfermedades infecciosas, por ejemplo, pueden tener efectos distintos dependiendo del tipo de sangre de una persona. Pero no son solo las enfermedades infecciosas las que pueden variar según el tipo de sangre; las respuestas a traumas también pueden ser muy distintas.
Un estudio de 2018 publicado en Critical Care analizó el riesgo de supervivencia de los participantes tras una lesión traumática. El estudio incluyó a 901 pacientes de trauma de dos salas de emergencia, divididos por su tipo de sangre: 284 de tipo O, 285 de tipo A, 209 de tipo B y 123 de tipo AB proporcionaron los datos. Los investigadores determinaron que aquellos con sangre tipo O estaban asociados con una alta mortalidad (28% en pacientes con tipo de sangre O versus 11% en pacientes con otros tipos de sangre). Después de considerar la edad y la gravedad de la lesión, se encontró que los pacientes de tipo O tenían un riesgo tres veces mayor de muerte en comparación con los demás participantes.
Uno de los principales factores que contribuyen a esta disparidad fue el sangrado severo. Se demostró que las personas con sangre tipo O están más predispuestas al sangrado, que es una de las causas más comunes de muerte entre los pacientes traumatizados. Estos hallazgos están respaldados por un metaanálisis anterior de 2013, publicado en Seminars in Thrombosis and Hemostasis. Este análisis examinó los resultados de 22 estudios que comprendían 9,468 pacientes con sangrado y más de 450,000 controles, y determinó que la prevalencia de sangre tipo O fue significativamente mayor en pacientes con sangrado que en pacientes de control. Estos estudios sugieren que aquellos con sangre tipo O son significativamente más propensos a experimentar sangrado severo en situaciones de trauma, lo que resalta una vulnerabilidad específica de este grupo sanguíneo.
No Todo Son Malas Noticias para Quienes Tienen Sangre Tipo O
La buena noticia es que si tienes sangre tipo O, tienes un riesgo menor de desarrollar coágulos sanguíneos que aquellos con tipos A y B. Un estudio de 2017 publicado en la revista Circulation analizó el gen ABO, presente en personas con tipos de sangre A, B o AB, y encontró que quienes tenían este gen presentaban un mayor riesgo de ataque cardíaco durante períodos de alta contaminación del aire. Luego, en 2020, otro estudio publicado en la revista Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology que involucró a 400,000 personas, encontró que aquellos con sangre tipo A o B tenían un riesgo combinado 8% mayor de ataque cardíaco y 10% mayor de insuficiencia cardíaca que aquellos con sangre tipo O.
El mismo estudio encontró que aquellos con sangre tipo A y B estaban más predispuestos a la formación de coágulos sanguíneos, y eran 51% más propensos a desarrollar trombosis venosa profunda (TVP), una condición donde se forman coágulos sanguíneos en venas profundas, generalmente en las piernas, impidiendo el flujo de sangre periférico. También se encontró que eran 47% más propensos a desarrollar una embolia pulmonar (EP), que se refiere a cuando un coágulo sanguíneo que impide el flujo de sangre viaja a una arteria en el pulmón. Cabe señalar que la investigación excluyó a aquellos con sangre tipo AB y se vio algo limitada por la falta de explicaciones de causa y efecto directas, pero las asociaciones son claras. Sin embargo, tener sangre tipo O no es solo pesimismo, y de hecho, confiere ciertas ventajas cardiovasculares.
En resumen, la investigación parece sugerir que aquellos con tipos de sangre A, B y AB tienen un mayor riesgo de coágulos sanguíneos y condiciones relacionadas, mientras que aquellos con sangre tipo O son más propensos a tener problemas de sangrado excesivo, lo que puede ser fatal en términos de lesiones traumáticas graves y lesiones cerebrales. Entender tu tipo de sangre es crucial no solo para emergencias médicas como las transfusiones, sino también para comprender mejor las particularidades de tu sistema inmune y cómo ciertas condiciones de salud podrían afectarte de manera única. Es una pieza fundamental en el rompecabezas de tu salud genética y una herramienta valiosa para la medicina personalizada.