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El Meteorito de Charlottetown: Un Hito Cósmico con Registro Audiovisual Único

Descubre el primer impacto de meteorito grabado con audio y video. Un hallazgo histórico que revoluciona la ciencia espacial.

El Meteorito de Charlottetown: Un Hito Cósmico con Registro Audiovisual Único

El 25 de julio de 2024, una pareja residente en la Isla del Príncipe Eduardo, Canadá, regresó a su hogar después de pasear a sus perros y encontró un inusual patrón de polvo gris-blanco, similar a un estallido solar, cubriendo su camino de entrada. Desorientados por lo sucedido, recurrieron a las grabaciones de su cámara de seguridad. Lo que revelaron las imágenes fue extraordinario: un objeto precipitándose del cielo a una velocidad increíble y colisionando violentamente contra el umbral de su puerta, acompañado de un sonido que fácilmente podría confundirse con el estallido de un vidrio.

Milagrosamente, la cámara de seguridad de la pareja había capturado los momentos finales del viaje de un meteorito a través del sistema solar. Esta grabación es ahora considerada la única evidencia audiovisual y sonora de un evento de este tipo jamás registrada. El 13 de enero de 2025, la Sociedad Meteorítica, una organización encargada de catalogar todos los impactos de meteoritos conocidos, registró oficialmente el suceso, nombrando al cuerpo cósmico como el meteorito de Charlottetown, en honor a la ciudad donde aterrizó. Este viajero espacial es uno de los apenas 69 meteoritos encontrados en Canadá, y su registro audiovisual lo convierte en un hallazgo sin precedentes, verdaderamente único en su clase.

Al ser instados por un familiar cercano que escuchó el impacto, la pareja se puso en contacto con Chris Herd, un geólogo y profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra y la Atmósfera de la Universidad de Alberta. Herd, quien fortuitamente había planeado una escapada familiar a la Isla del Príncipe Eduardo por esas mismas fechas, no dudó en desviar su itinerario para visitar el lugar del impacto. Herd es también el curador de la Colección de Meteoritos de la universidad, la más grande de su tipo en Canadá, con aproximadamente 450 meteoritos de diversas partes del mundo. “En promedio, recibimos unas 10 consultas por semana”, comentó Herd a la Universidad de Alberta, “el 99% de las veces, las rocas no son meteoritos”. Afortunadamente, este caso fue una notable excepción.

Un Viaje de 320 Millones de Kilómetros

El Meteorito de Charlottetown: Un Hito Cósmico con Registro Audiovisual Único

La pareja de la Isla del Príncipe Eduardo logró recolectar alrededor de 7 gramos de la roca espacial fragmentada que, a juzgar por el tamaño de la marca dejada en el camino de entrada, probablemente tenía el tamaño de una fruta pequeña. Cuando el polvo fue analizado, se reveló que se trataba de una condrita ordinaria, el tipo más común de meteorito. Las condritas contienen pequeños elementos esféricos denominados cóndrulos, que son diminutos gránulos de silicato cuyo origen se remonta a la nebulosa solar, el disco de polvo y gas que dio origen a la formación de nuestro sistema solar.

Los meteoritos son simplemente meteoros —escombros espaciales sólidos, metálicos o rocosos, de menos de 1.2 metros de diámetro— que logran sobrevivir su viaje a través de la atmósfera terrestre y alcanzar la superficie del planeta. Si el objeto entra en la atmósfera a una velocidad lo suficientemente alta, comienza a incinerarse debido a la fricción, un fenómeno que la gente describe cuando habla de estrellas fugaces (incluso es posible aumentar las posibilidades de observar una estrella fugaz, si se sabe cómo hacerlo).

Las condritas ordinarias son los meteoritos más frecuentemente encontrados en la Tierra. Su origen se puede rastrear hasta el cinturón de asteroides, situado entre Marte y Júp, cuyos materiales rocosos a veces son desalojados debido a colisiones o a la atracción gravitacional de planetas cercanos. Esto significa que el meteorito de Charlottetown viajó aproximadamente 320 millones de kilómetros (al menos) antes de terminar su odisea de manera espectacular. Y aunque el meteorito en sí mismo no es un hallazgo singular en términos de su composición, el hecho de que la comunidad científica ahora posea evidencia sonora de cómo suena un impacto cósmico es invaluable. Este evento proporciona datos sin precedentes para el estudio de los impactos extraterrestres, abriendo nuevas vías de investigación en la geología planetaria y la astronomía. Para más información sobre la importancia de los impactos desde el espacio, se pueden consultar guías sobre el impacto de meteorito que probablemente aceleró la evolución o la lluvia de meteoros de las Táuridas del Norte.