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El Misterio de la Colisión Cósmica: ¿La Fusión entre Andrómeda y la Vía Láctea Ya Comenzó?
Nuevas investigaciones sugieren que la colisión entre la Galaxia de Andrómeda y la Vía Láctea podría haber iniciado antes de lo esperado.
Si miras al cielo nocturno en dirección a la constelación de Casiopea, notarás un objeto que brilla tenue, justo al lado de Schedar, la estrella más brillante de la constelación. Esa es la Galaxia de Andrómeda, nuestra vecina galáctica más cercana, y en 4 mil millones de años, colisionará con la Vía Láctea, impulsando a nuestro sistema solar lejos del núcleo de nuestra propia galaxia y transformando a ambas en una nueva y única galaxia elíptica. Esto suena dramático, pero el proceso será gradual, similar a cómo la muerte del Sol no será una explosión, sino algo mucho más lento. Y afortunadamente, 4 mil millones de años representan una escala de tiempo por la que ninguno de nosotros, nuestros hijos o incluso nuestros tataranietos tendrá que preocuparse jamás.
Sin embargo, un nuevo estudio ha revelado un giro sorprendente en esa futura historia: la colisión podría haber comenzado ya, justo bajo nuestras narices. Científicos de la Universidad Tecnológica de Swinburne publicaron recientemente un artículo en Nature Astronomy que revela que las galaxias están envueltas en enormes velos de gas que se extienden hasta un millón de años luz en el espacio, más de 10 veces la distancia que la luz estelar de una galaxia es capaz de alcanzar.
La revelación proviene de la primera fotografía detallada de este masivo halo de gas alrededor de una galaxia distante. Debido a que el descubrimiento sugiere que necesitamos reconsiderar cómo concebimos los “límites” de las galaxias y cómo interactúan (e incluso qué existe más allá del espacio exterior), los halos gaseosos de la Vía Láctea y Andrómeda probablemente ya se están superponiendo e intermezclando. La gran colisión, al parecer, ya ha comenzado, y esta interacción podría estar influyendo en ambas galaxias de maneras que apenas estamos empezando a comprender.
Reconsiderando los Límites Galácticos

Utilizando el potente Keck Cosmic Web Imager en Hawái, los científicos pudieron obtener una visión completa de lo que se conoce como el medio circungaláctico (CGM), o halo de gas, alrededor de IRAS08339+6517, una galaxia ubicada a unos 270 millones de años luz de la nuestra.
Contrario a lo que podría pensarse, esta envoltura gaseosa contiene aproximadamente el 70% de la masa visible de una galaxia. Sin embargo, debido a limitaciones en la metodología y tecnología de imagen, la naturaleza exacta y los detalles de los CGM habían permanecido algo misteriosos hasta hace poco. Utilizando nuevas técnicas de imagen profunda, los científicos pudieron comenzar a trazar líneas más definidas entre dónde terminan las galaxias y dónde comienzan los CGM.
“Ahora estamos viendo dónde termina la influencia de la galaxia, la transición donde se convierte en parte de lo que la rodea y, finalmente, donde se une a la red cósmica más amplia y otras galaxias. Todos estos son usualmente límites difusos”, afirmó la Dra. Nikole M. Nielsen, una de las autoras del estudio, en un comunicado (vía Scimex).
Un Curso de Colisión Galáctica Ya en Marcha

El CGM, según los autores del artículo, juega un papel significativo en el ciclo del gas que constituye la mayor parte de la masa de una galaxia. Al igual que los sorprendentes descubrimientos de agua en lugares inesperados más allá de la Tierra, estos masivos halos de gas están forzando a los científicos a repensar los fundamentos de lo que saben sobre el Universo, como la forma en que las galaxias interactúan con su entorno. Es por esto que aumentar nuestra comprensión de estas regiones también puede llevarnos a una mayor comprensión de las diferencias entre las galaxias mismas.
Lejos de ser un mero ejercicio académico, todos estos hallazgos tienen implicaciones directas para la inminente fusión entre la Galaxia de Andrómeda y la nuestra. “Es muy probable que los CGM de nuestra propia Vía Láctea y Andrómeda ya se estén superponiendo e interactuando”, dijo la Dra. Nielsen en un comunicado (vía Scimex).
El tiempo lo dirá, pero a medida que la Galaxia de Andrómeda se precipita hacia la nuestra a una velocidad de 402,336 kilómetros por hora (250,000 mph), la interacción entre los CGM de cada una podría tener repercusiones más inmediatas de lo que los científicos pensaban anteriormente. Esta colisión silenciosa e invisible es un testimonio de la dinámica constante y la evolución de nuestro Universo, recordándonos que, incluso en las profundidades del espacio, los límites son más fluidos de lo que imaginamos.