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El Misterio de las Ardillas: Por Qué Entierran sus Nueces y sus Estrategias de Supervivencia
Descubre por qué las ardillas entierran nueces: teorías sobre tiempo de consumo, perecibilidad y taninos.
Las ardillas, esos pequeños y enérgicos roedores que a menudo observamos, poseen comportamientos misteriosos que han intrigado a los científicos por años. Por ejemplo, la razón por la que estos animales corren frente a los autos es una táctica defensiva que utilizan para evadir depredadores, aunque lamentablemente no siempre sea efectiva contra vehículos en movimiento. Otro comportamiento peculiar es que, si bien algunas nueces las consumen de inmediato, otras deciden enterrarlas. Los científicos aún están investigando las razones detrás de esta decisión y cómo la toman, pero algunas teorías clave giran en torno al tiempo de consumo, la perecibilidad y el contenido de taninos.
No es sorprendente que todo tipo de ardillas entierren sus nueces, ya sea en un gran almacén o en ubicaciones dispersas. Algunos investigadores sugieren que lo hacen porque estas nueces tardan más tiempo en ser consumidas. En un estudio de 1992, publicado en la revista Animal Behaviour, la Dra. Lucia F. Jacobs observó el comportamiento de cinco ardillas grises criadas a mano al darles avellanas sin cáscara y bloques de alimento de laboratorio para roedores. Los animales parecían estimar el costo de tiempo de consumo frente al de almacenamiento y optaron por la acción menos demandante en tiempo. Las ardillas prefirieron comer las avellanas, pero el alimento para roedores, que les tomaba más tiempo consumir, tendía a ser almacenado, a pesar de que este último se estropearía más rápido que las avellanas.
La Teoría de la Perecibilidad

Aunque el estudio de la Dra. Jacobs encontró que la tasa de deterioro de una nuez parecía tener poca influencia en si las ardillas la comían o la enterraban, algunos científicos no están de acuerdo. Investigadores de un estudio de 1996, también publicado en Animal Behaviour, descubrieron que la tasa de descomposición sí influye en la decisión del animal, después de todo.
Como parte de los tipos de alimentos que comen las ardillas, las nueces tienen una vida útil limitada antes de comenzar a estropearse. Por ejemplo, las bellotas de los robles rojos germinan durante la primavera después de un período de latencia invernal, lo que las hace lentas para deteriorarse. Las bellotas blancas, en cambio, germinan durante el otoño, poco después de madurar, por lo que se echan a perder más rápidamente.
Cuando se les dieron bellotas de roble rojo y bellotas blancas a ardillas grises en libertad en seis experimentos separados, consistentemente comieron las bellotas blancas de inmediato y enterraron las bellotas rojas. Los roedores también retiraron el embrión —que controla la maduración— de las bellotas rojas antes de enterrarlas para que no germinaran y así duraran más tiempo en almacenamiento. Estos resultados indican que la perecibilidad de las nueces tiene un efecto mucho mayor en las decisiones de las ardillas grises que el tiempo de manipulación.
La Teoría de los Taninos

Muchos animales cavan en la tierra por diversas razones. Si bien regresar a su almacén de comida es cómo una ardilla sobrevive al invierno, enterrar algunas nueces es cómo el animal las hace más seguras. Esto se debe a que las nueces tienen cantidades variables de taninos, que son químicos polifenólicos de origen natural que alteran la forma de las enzimas intestinales. Dado que las enzimas alteradas por taninos ya no funcionan correctamente, los animales que consumen taninos podrían sufrir de malnutrición. Los taninos también pueden prevenir la absorción de agua, lo que puede llevar a deshidratación, úlceras y problemas renales.
Estudios han demostrado que los taninos de los alimentos que son enterrados pueden lixiviarse con el tiempo, reduciendo su toxicidad. Los investigadores han observado esto al monitorear varios animales y los alimentos con alto contenido de taninos que entierran para comer más tarde. En un estudio de 1986 publicado en Ecology, los científicos agregaron taninos a un alimento hecho con bellotas blancas de roble. Descubrieron que las ardillas grises comían más del alimento que tenía una menor cantidad de este químico que del alimento con una cantidad mayor.
Sin embargo, dado que el alimento con alto contenido de taninos no pareció tener efectos adversos en la capacidad de las ardillas grises para digerir proteínas, los investigadores del estudio hipotetizan que usan los taninos para estimar la tasa de deterioro de las nueces. Así, al final, podría ser que las ardillas utilicen el tiempo de consumo, la perecibilidad y el contenido de taninos para decidir si enterrar o no su comida, y cuál de estos factores es el principal sigue siendo objeto de debate.