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El Misterio del Megalodón: ¿Sigue Vivo en las Profundidades Marinas?
El Megalodón: ¿Extinto o acechando en las profundidades?
Si alguna vez fuiste niño, es muy probable que te hayan fascinado los dinosaurios. Si eres adulto, existe la posibilidad de que esa fascinación persista: te encantan las películas de Jurassic Park, y en algún rincón de tu mente, piensas que sería bastante increíble conocer un dinosaurio vivo… siempre y cuando no sea un “carnívoro”.You probably also know that direct descendantsof dinosaursstill rumble across the modern world, and that some of the closest relatives that exist are crocodiles – and sharks.
Probablemente también sabes que los descendientes directos de los dinosaurios aún retumban en el mundo moderno, y que algunos de los parientes más cercanos que existen son los cocodrilos, y los tiburones.
Y dado que la última gran frontera está aquí mismo en la Tierra –las vastas e inescrutables profundidades de los océanos–, nunca hemos abandonado la idea de que un ser antiguo como el Megalodón podría seguir allí abajo, en algún lugar, justo fuera de nuestro alcance.
Para una comparación rápida, este práctico gráfico de Wikipedia muestra cuán grandes eran estos tiburones en comparación con los tiburones modernos y los seres humanos.
Incluso los más optimistas de la comunidad científica reconocen que, si el Megalodón no está extinto, es probable que se haya adaptado a algo que se parece lo suficiente a una criatura marina actual como para pasar desapercibido.
Desde la antigüedad, la gente ha encontrado evidencia fosilizada de este tiburón gigante, y desde el siglo XIX, los dientes de tiburón han enganchado a los humanos a la idea de que algo terrible debe vivir en las profundidades.
En 1835, el naturalista Louis Agassiz describió dientes triangulares, finamente aserrados –los mismos dientes que se han encontrado en todo el mundo desde la antigüedad–, y afirmó que creía que pertenecían a un pariente gigante del gran tiburón blanco.
Los registros fósiles del Megalodón indican que probablemente vivió cerca de la costa, muy parecido a como lo hace el gran tiburón blanco hoy en día, según Kenshu Shimada de la Universidad DePaul.
“Los restos generalmente provienen de depósitos de rocas marinas costeras formadas en áreas tropicales-templadas.”
Sus hábitos dietéticos confirman un estilo de vida en aguas poco profundas, uno que se adaptaba a su necesidad de oxígeno, y esos hechos hacen más difícil creer que un espécimen vivo haya pasado desapercibido.
Los biólogos no están seguros de qué impulsó al Megalodón a la extinción, pero aproximadamente al mismo tiempo que se cree que desaparecieron –hace 3.5 millones de años–, las aguas poco profundas del océano también estaban cambiando. El agua era más fría, y los científicos postulan que la competencia por las presas se volvió tan feroz que el “meg” no pudo soportarlo.