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El Observatorio de Arecibo: El Gigante de 'GoldenEye' y su Legado Científico Inolvidable

Descubre el Observatorio de Arecibo: su conexión con 'GoldenEye', su impacto científico y el misterio de su colapso.

El Observatorio de Arecibo: El Gigante de 'GoldenEye' y su Legado Científico Inolvidable

Cualquier niño de los 90 que haya vivido esa década recordará haber visto a James Bond, interpretado por Pierce Brosnan, luchar contra Alec Trevelyan de Sean Bean en una gigantesca antena satelital en la película “GoldenEye” de 1997, o haber recreado esa misma batalla en el videojuego “GoldenEye 007”. En el film, “GoldenEye” se refería a un arma soviética que incluía dos satélites armados con ojivas nucleares. El centro de control secreto de estos satélites albergaba una enorme antena parabólica, y fue allí donde tuvo lugar el clímax de la película. Después de que la gigantesca edificación emergiera de debajo de un lago, Bond se enfrentó a su rival, colgándolo de la antena de radio suspendida sobre la parabólica antes de dejarlo caer hacia su fatal destino.

Este sigue siendo un momento memorable de una de las mejores películas de Bond en los más de 60 años de historia de la saga. Reforzado por el videojuego y su nivel final “Antenna Cradle”, la antena se convirtió en una de las imágenes más indelebles de la era Bond de los 90. Sin embargo, la función de una antena satelital en la vida real no es causar un colapso financiero en Londres y frustrar al mejor espía de Inglaterra.

El centro de control de los satélites “GoldenEye” es en realidad el gigantesco radiotelescopio de la National Science Foundation en el Observatorio de Arecibo en Puerto Rico. O al menos, lo fue. En 2020, el impresionante telescopio se derrumbó después de más de 50 años de operación, lo que, considerando su crucial participación en la investigación astronómica y su vínculo con la historia de Bond, representa una tragedia tanto científica como cultural. Entonces, ¿qué causó la caída de esta gigantesca estructura? ¿Y tuvo SPECTRE algo que ver con ello?

El Dispositivo GoldenEye: Un Gigantesco Telescopio Real

El Observatorio de Arecibo: El Gigante de 'GoldenEye' y su Legado Científico Inolvidable

Construido en 1963 con fondos del Departamento de Defensa, el Observatorio de Arecibo fue responsable de numerosos descubrimientos astronómicos durante sus 57 años de operación. Ubicado en el Barrio Esperanza, Arecibo, el Observatorio albergaba una parabólica reflectora esférica de unos 305 metros (1,000 pies) de ancho, que, junto con su plataforma receptora de 900 toneladas, fue el radiotelescopio más grande del mundo hasta 2016.

Aunque los telescopios espaciales han demostrado numerosas ventajas sobre los terrestres, a lo largo de su existencia, el gigantesco radiotelescopio de Arecibo fue utilizado para múltiples momentos históricos en la astronomía, desde el seguimiento de asteroides cercanos a la Tierra hasta la colaboración en investigaciones que resultaron en un Premio Nobel. La instalación también se utilizó en 1974 para enviar el mensaje más potente que los humanos jamás hayan transmitido al espacio: un simple mensaje pictórico que fue lanzado al cosmos utilizando el transmisor de megavatios conectado a la antena del telescopio. Los científicos también utilizaron el telescopio para detectar ondas gravitacionales y buscar hidrógeno neutro, con aproximadamente 250 científicos aún utilizando el observatorio cuando cerró en 2020. Estudiantes de posgrado también se formaron en la instalación, que atraía a unos 90,000 visitantes al año cuando estaba activo.

Además de todo esto, la impresionante instalación también albergaba dos instalaciones LIDAR, que permitían a los investigadores estudiar la atmósfera superior y la ionosfera. Durante 57 años, el Observatorio de Arecibo llevó a cabo estas múltiples operaciones a través de la humedad tropical y múltiples terremotos. Lamentablemente, no pudo resistir un defecto en su propia construcción, y se vino abajo en diciembre de 2020.

El Colapso del Telescopio del Observatorio de Arecibo

El Observatorio de Arecibo: El Gigante de 'GoldenEye' y su Legado Científico Inolvidable

El Observatorio de Arecibo era una estructura impresionante que protagonizó una escena aún más impactante cuando se derrumbó el 1 de diciembre de 2020. No se reportaron heridos en ese momento, pero la instalación había estado mostrando signos de deterioro durante meses antes del colapso.

En agosto de 2020, un cable auxiliar se rompió, provocando un desgarro de 30 metros (100 pies) en la parabólica reflectora. Esta falla del cable, que también dañó la plataforma receptora, fue seguida por la falla de un cable principal de acero en noviembre del mismo año, lo que prácticamente garantizó el colapso del telescopio. Esos dos eventos llevaron a los propietarios de la estructura, la National Science Foundation, a anunciar el cierre del observatorio, citando preocupaciones de seguridad. Científicos de todo el mundo solicitaron que el observatorio permaneciera abierto, pero entonces la verdadera catástrofe golpeó.

El 1 de diciembre de 2020, la plataforma receptora de 900 toneladas del Observatorio cayó 120 metros (400 pies), estrellándose contra el propio reflector de 305 metros (1000 pies) de ancho de manera muy similar a como lo hizo Alec Trevelyan de Sean Bean unos 25 años antes. El Dr. Jonathan Friedman, quien trabajó en el Observatorio, le dijo a WAPA-TV de Puerto Rico (vía NBC) que el colapso se sintió como “un tren o una avalancha”, y que, al principio, pensó que era otro terremoto.

¿Por Qué Colapsó el Telescopio de Arecibo?

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En respuesta al colapso del gigantesco telescopio, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina iniciaron una investigación, publicando sus hallazgos a través de National Academies Press en octubre de 2024, bajo el título “Análisis de Fallas del Colapso del Telescopio de 305 Metros del Observatorio de Arecibo”. El informe incluyó varias revelaciones preocupantes, la más notable fue que los cables de acero que sostenían la plataforma receptora se habían soltado debido a la falla de sus anclajes. Más específicamente, el zinc en esos anclajes se había deformado con el tiempo, aflojando su agarre en los cables y, en última instancia, causando las dos fallas de cables que llevaron a la destrucción del telescopio.

Este proceso se conoce como “fluencia del zinc” (zinc creep), y esto llevó a que los anclajes se deformaran bajo una carga “inferior a la mitad de la resistencia nominal del anclaje”. Si bien esto proporciona una explicación de cómo colapsó la plataforma receptora del gigante telescopio, la explicación en sí misma plantea preguntas aún más apremiantes, con Roger L. McCarthy, presidente del comité que elaboró el informe, preguntándose por qué hubo una “excesiva fluencia del zinc a tal carga” y señalando que tal falla “nunca había sido reportada previamente en más de un siglo de uso exitoso y generalizado de anclajes de zinc fundido”.

El informe sí proporciona una explicación para esto, que tiene en cuenta la velocidad del viento en el diseño del instrumento astronómico y los estándares de diseño de cables, atribuyendo la culpa a la electroplasticidad de baja corriente, lo que esencialmente significa que el flujo de corriente eléctrica a través de los anclajes podría ser la razón por la cual el zinc se deformó con el tiempo. Sin embargo, simplemente no había suficientes datos disponibles para probar esa explicación, y una observación final fue que la tarea de explicar completamente el colapso de este magnífico telescopio aún está en curso.