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El Observatorio W.M. Keck: Pionero en la Exploración del Cosmos y sus Misterios

El Observatorio Keck, líder global en astronomía, desvela los secretos del cosmos con sus avanzados telescopios y óptica adaptativa.

El Observatorio W.M. Keck: Pionero en la Exploración del Cosmos y sus Misterios

Desde el lanzamiento de las impactantes primeras imágenes del Telescopio Espacial James Webb (JWST) el 12 de julio de 2022, el interés global en la astronomía ha ido en constante aumento. Si bien el instrumento de imágenes espaciales más poderoso de la humanidad ha recibido la atención merecida (como al ser incluido en nuestra lista de cinco veces que la NASA rompió récords en 2024), son menos conocidos los cientos de observatorios astronómicos terrestres que ayudan a los científicos a desentrañar los misterios del universo.

Entre estos, el Observatorio W.M. Keck, ubicado en el volcán inactivo Maunakea en Hawái, destaca como uno de los más impresionantes y colaborativos en la comunidad de investigación global. Keck, el observatorio científicamente más productivo del mundo, de forma contraintuitiva, no es gestionado por una agencia gubernamental local, sino por la California Association for Research in Astronomy (CARA). La Junta Directiva de CARA incluye representantes de la Universidad de California y el Instituto de Tecnología de California, instituciones que se asocian con la Fundación Keck y la NASA en proyectos de investigación.

Bajo este estandarte colectivo, científicos de todo el mundo descorren el velo de lo desconocido en el cosmos, utilizando los dos telescopios del observatorio, que funcionan en tándem para conformar el telescopio reflector más grande del mundo (aquellos que convergen los rayos de luz paralelos hacia un foco).

La Maravilla Técnica de los Telescopios Gemelos de Keck

El Observatorio W.M. Keck: Pionero en la Exploración del Cosmos y sus Misterios

Los dos telescopios del Observatorio Keck son, sin duda, prodigios de la ingeniería. Cada uno cuenta con un espejo primario de 10 metros (32 pies) de ancho, compuesto por 36 segmentos hexagonales alineados con extrema precisión. Para tener una mejor idea de cuán increíblemente pulidos son estos segmentos de espejo, imagine escalar uno hasta el diámetro de la Tierra, unos asombrosos 12,760 kilómetros (7,926 millas) de longitud; las irregularidades de la superficie del espejo no superarían los 90 centímetros (tres pies). Estos segmentos trabajan al unísono como parte de un sistema meticulosamente calibrado. Utilizando actuadores y sensores, la posición de cada segmento puede ajustarse con una precisión asombrosa de hasta cuatro nanómetros, equivalente a solo 1/25,000 del ancho de un cabello humano. Esta alineación finamente ajustada asegura que los espejos de los telescopios funcionen como una superficie ultra-reflectante y sin fisuras.

En 1999, el Observatorio Keck se convirtió en el primero en el mundo en desarrollar e instalar un sistema de óptica adaptativa (AO) en un telescopio a gran escala, transformando la forma en que los observatorios terrestres capturan imágenes del cosmos. Esta metodología utiliza un espejo deformable que se remodela 2,000 veces por segundo, contrarrestando la turbulencia causada por las partículas y gases atmosféricos. Si bien los telescopios del observatorio son inherentemente poderosos, la integración de la AO permite a Keck lograr una claridad extraordinaria en el espectro del infrarrojo cercano, superando incluso al Telescopio Espacial Hubble en detalle.

Tales imágenes espectaculares deben gran parte de su existencia a los instrumentos especializados dentro de las instalaciones del observatorio, que ayudan a capturar y analizar datos del cielo, incluyendo el Keck Cosmic Web Imager, un espectrógrafo e imager que los investigadores utilizan para mapear las conexiones gaseosas entre galaxias. Las contribuciones de este instrumento a la localización de estallidos de radio rápidos no repetitivos en el espacio llevaron a los astrónomos de Keck, John O’Meara y J. Xavier Prochaska, a ganar el Premio Newcomb Cleveland de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia en 2020.

Contribuciones Científicas del Observatorio Keck

El Observatorio W.M. Keck: Pionero en la Exploración del Cosmos y sus Misterios

El Observatorio W.M. Keck continúa empujando los límites del descubrimiento astronómico, aportando investigaciones críticas al campo. Entre sus logros recientes, Keck jugó un papel fundamental en la identificación de Gaia BH1, el agujero negro conocido más cercano a la Tierra. Publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society en noviembre de 2022, el artículo de investigación que proponía la existencia del agujero negro se basó en datos recopilados del Espectrómetro Echelle de Alta Resolución y el Espectrógrafo e Imager Echellette de Keck, solo dos de la avanzada suite de instrumentos del observatorio.

En marzo de 2024, investigadores que utilizaron el telescopio de Keck descubrieron el sistema más tenue (y potencialmente más dominado por materia oscura) orbitando la Vía Láctea: Ursa Major III / UNIONS 1 (UMa3/U1). Este antiguo sistema estelar proporciona información valiosa sobre la naturaleza de la materia oscura y los procesos que rigen la formación de galaxias satélite. Significativamente, la razón del largo nombre de la agrupación es su ambigüedad; los científicos aún no están seguros si UMa3/U1 es un cúmulo estelar o una galaxia satélite, algo que una investigación posterior sobre sus niveles de composición de materia oscura revelará, con suerte. De todos modos, el descubrimiento podría representar una nueva clase de sistemas estelares.

Más allá de los descubrimientos, el Observatorio Keck está avanzando en la optimización de la infraestructura técnica y logística para observar mejor los eventos celestes transitorios (como supernovas y estallidos de rayos gamma) y responder de manera más eficiente a estos fenómenos.

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