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El Retorno del Lobo Terrible: Biotecnología y el Misterio de su Extinción Prehistórica

La 'resurrección' del lobo terrible por la biotecnología reaviva el debate sobre su enigmática extinción hace 12,500 años.

El Retorno del Lobo Terrible: Biotecnología y el Misterio de su Extinción Prehistórica

El mundo científico fue sorprendido el lunes por el anuncio de que una compañía estadounidense de biotecnología e ingeniería genética había revivido la especie del lobo terrible, extinta hace más de 12,500 años. Colossal Biosciences, una empresa pionera en este campo, comunicó mediante un comunicado de prensa que había logrado la exitosa reproducción de tres cachorros de lobo terrible modificando el ADN de lobos grises y utilizándolo para crear embriones que fueron implantados en perras subrogadas. En total, el equipo realizó 20 ediciones al genoma del lobo gris para que coincidiera con el ADN extraído de fósiles de lobo terrible.

Este ambicioso proyecto ha resultado ser sumamente controvertido. Muchos científicos argumentan que los cachorros producidos por Colossal no son verdaderos lobos terribles, sino más bien una suerte de lobo gris diseñado genéticamente. La propia compañía reconoce que es imposible crear un animal que sea 100% genéticamente idéntico a un lobo terrible original. Sin embargo, sus cachorros, bautizados como Rómulo, Remo y Khaleesi (este último en un guiño a “Game of Thrones”, que popularizó al lobo terrible como fenómeno cultural), sí poseen las características clave de la especie: su pelaje es blanco, sus mandíbulas son extremadamente musculosas y es probable que crezcan más grandes que los lobos grises.

Rómulo, Remo y Khaleesi viven actualmente en una reserva protegida, pero Colossal ha manifestado su interés en introducir a sus “lobos terribles” en la naturaleza en algún momento. Esta podría ser una medida muy arriesgada. No obstante, debido a que nadie está completamente seguro de por qué se extinguieron los lobos terribles en primer lugar, ha habido un debate significativo al respecto, y varias teorías han surgido como las más destacadas.

¿Los humanos causaron la extinción de los lobos terribles?

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Ya sea por la caza, la destrucción del hábitat o la propagación de enfermedades, los humanos hemos causado la extinción de varias especies. Sin embargo, no está claro si este fue el caso de los lobos terribles. Conocemos nuestra participación en eventos como la extinción del dodo o la casi extinción del bisonte porque podemos rastrear a través de registros históricos. Pero los lobos terribles se extinguieron mucho antes de la invención de la escritura. Los científicos ni siquiera están seguros de en qué medida los humanos y los lobos terribles interactuaron, si es que lo hicieron.

Si los humanos desempeñaron un papel en la extinción del lobo terrible, probablemente no fue a través de su caza directa. Habría habido pocos incentivos para que nuestros ancestros primitivos se enfrentaran a un carnívoro grande y poderoso como el lobo terrible, cuando podían cazar animales no depredadores como los mastodontes y los mamuts, que ofrecían más carne y menos peligro. Las amenazas reales de nuestra especie para los lobos terribles habrían sido la transferencia de enfermedades y el hecho de que los humanos competían por gran parte de la misma presa. Es posible que hayamos superado a los lobos terribles en la búsqueda de alimento o les hayamos transmitido una enfermedad mortal, pero sin más evidencia de interacciones entre humanos y lobos terribles, esta teoría solo puede tomarse con gran cautela.

¿Un impacto de cometa aniquiló la especie?

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Un pequeño grupo de investigadores ha relacionado la extinción de los lobos terribles con un evento de extinción teorizado conocido como el Impacto Younger-Dryas. El Younger-Dryas fue un período de enfriamiento de temperaturas en el Hemisferio Norte que tuvo lugar aproximadamente entre hace 12,900 y 11,600 años, que es más o menos la misma época en que se extinguieron los lobos terribles. Se diferencia de otros períodos de enfriamiento global porque su inicio fue extremadamente rápido, durando menos de 100 años. Los científicos están en desacuerdo sobre lo que causó una caída tan rápida de la temperatura, pero una teoría atribuye la culpa a un choque cósmico.

La Hipótesis del Impacto Younger-Dryas (YDIH) propone que un cometa o cuerpo celeste similar se desintegró sobre el continente norteamericano hace 12,900 años, causando un evento de extinción masiva que no solo aniquiló a los lobos terribles, sino también a mamuts, mastodontes y al león americano extinto. Es un escenario convincente y dramático, pero de todas las teorías sobre la extinción del lobo terrible, esta es la que menos sustento científico posee.

La YDIH es una teoría marginal que la mayoría de la comunidad científica refuta. No se ha encontrado evidencia definitiva de tal evento de impacto. La hipótesis surgió de un artículo de 2007 publicado en los Proceedings of the National Academy of Science, pero investigaciones posteriores no han logrado replicar los hallazgos de ese artículo. Se han publicado varias refutaciones, incluso tan recientemente como en 2024 en la revista Earth-Science Reviews. Es altamente improbable que los lobos terribles se hayan extinguido de esta manera.

¿El cambio climático selló el destino de los lobos terribles?

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Con diferencia, la teoría más aceptada detrás de la extinción del lobo terrible atribuye la culpa al cambio climático que ocurrió a medida que la Tierra experimentó cambios repentinos entre temperaturas cálidas y frías, que comenzaron incluso antes del Younger-Dryas y continuaron después. Los lobos terribles, al tener una constitución más robusta que los lobos grises, estaban especialmente adaptados para cazar presas mamíferas muy grandes como caballos, bisontes y, potencialmente, incluso mamuts. Estos grandes mamíferos vieron disminuir drásticamente sus poblaciones con el cambio climático, y en el proceso, los lobos terribles vieron desvanecerse su suministro de alimento ante ellos.

Si los humanos desempeñaron un papel en la extinción del lobo terrible, lo más probable es que fuera exacerbando esta disminución de sus presas. Los humanos competían por muchas de las mismas presas que los lobos terribles. Los primeros humanos en Norteamérica cazaban caballos salvajes, camellos y mamuts, todas presas básicas para los lobos terribles. Con esas especies ya en declive debido al cambio climático, los cazadores humanos podrían haber sido el golpe final para su subsistencia. A medida que los grandes mamíferos se extinguían en todo el continente, los lobos terribles se encontraron con el destino profundamente trágico de morir lentamente de inanición hasta la extinción.

La complejidad de los ecosistemas prehistóricos y la interacción de múltiples factores hacen que el estudio de la extinción sea un campo fascinante. La reaparición del lobo terrible, aunque mediada por la tecnología, nos obliga a reflexionar sobre el pasado y las lecciones que podemos aprender para la conservación de las especies en la actualidad.