Inicio / Ciencia
El Stegosaurus: Desentrañando el Enigma de Sus Placas Dorsales y su Lugar en la Paleontología
Explora el Stegosaurus, uno de los dinosaurios más icónicos. Descubre la verdad detrás de sus misteriosas placas dorsales y su impacto en la paleontología.
Desde el lejano año de 1677, cuando Robert Plot descubrió el primer hueso de dinosaurio documentado (aunque los humanos seguramente hallaron tales reliquias por miles de años sin comprender su origen), nuestro entendimiento del pasado prehistórico ha evolucionado enormemente. En aquel entonces, un hallazgo así era, por decir lo menos, desconcertante. Simplemente no se sabía qué eran los dinosaurios, y por ello, Plot creyó que su gigantesco hueso debía pertenecer a un proto-humano igualmente masivo o a alguna especie de elefante. Desde entonces, hemos descubierto múltiples fósiles y aprendido muchísimo más, desarrollando una comprensión detallada de las antiguas bestias a las que pertenecieron estos huesos. Actualmente, hemos identificado y nombrado aproximadamente 700 especies de dinosaurios, pero dado que el registro fósil está incompleto, es probable que existan innumerables otras que aún no hemos identificado.
Para cualquiera que pasó por la fase de obsesión por los dinosaurios durante su crecimiento, en realidad solo importaban un puñado de estas criaturas. En la cima de la lista estaba, por supuesto, el Tyrannosaurus Rex, pero todo niño sabía qué era un Triceratops, un Velociraptor o un Stegosaurus. Si bien este último podría no haber tenido el atractivo visceral de la gigantesca mandíbula sobre patas que era el T. Rex (cuyo sonido era evidentemente aterrador), el Stegosaurus tenía una apariencia tan llamativa que seguramente sigue siendo uno de los dinosaurios más conocidos que han existido. La parte más obvia y memorable de la anatomía del Stegosaurus era la hilera de placas óseas que recorrían su espalda y cola. Pero incluso si eras un paleontólogo en ciernes cuando eras niño, es probable que no estuvieras seguro de cómo se llamaban realmente esas placas. Afortunadamente, no se requiere un término científico complejo, ya que las placas en sí tienen un nombre sencillo.
El Verdadero Nombre de las Placas del Stegosaurus

El Stegosaurus quizás no tuvo el atractivo de un carnívoro feroz como un T. Rex o un Velociraptor, pero este herbívoro comparativamente dócil del período Jurásico Tardío (uno de los tres períodos de tiempo en los que vivieron los dinosaurios) tenía una apariencia tan única que se ha convertido en una de las especies de dinosaurios más conocidas, a pesar de su naturaleza tranquila. Con una cola espigada y una hilera de placas en su espalda, el Stegosaurus no se parecía a ningún otro dinosaurio. De hecho, el nombre de la especie se basa en esta fisionomía distintiva. Stegosaurus significa “lagarto con tejado”. Esto se debe al paleontólogo de Yale Othniel Charles Marsh, quien describió por primera vez al Stegosaurus en 1877 basándose en fósiles descubiertos por Arthur Lakes. Marsh creía que las placas yacían planas sobre la criatura, de ahí la parte de “tejado” del nombre.
Hoy en día, los científicos creen que estas placas en realidad apuntaban hacia arriba en lugar de yacer planas, y que, en lugar de estar ancladas a la columna vertebral del dinosaurio, se asentaban dentro de su piel y corrían en dos hileras a lo largo de la espalda y la cola del Stegosaurus. Estas placas ahora son conocidas como “escudos dérmicos” o simplemente “escudos”, y aunque los científicos no están seguros de su función exacta, muchos han sostenido durante siglos que desempeñaron algún papel en la defensa, protegiendo al Stegosaurus de ataques de carnívoros más grandes. Sin embargo, los escudos, aunque grandes, eran más delgados de lo que cabría esperar y contenían vasos sanguíneos, lo que pone en duda sus capacidades defensivas. Algunos expertos han sugerido que estos escudos podrían haber ayudado a los Stegosaurus a reconocerse entre sí o a ayudar en la regulación de la temperatura. Sea cual sea el caso, ciertamente contribuyeron a que el Stegosaurus fuera uno de los dinosaurios visualmente más distintos que jamás haya existido y siga siendo un ícono que despierta la curiosidad científica y la imaginación colectiva.