Inicio / Ciencia
El Sueño y la Longevidad: Descifrando el Descanso Ideal para una Vida Plena
Descubre cómo el exceso o la falta de sueño afectan tu salud y longevidad. Aprende el descanso ideal para vivir mejor.
Desde hace siglos, investigadores han estudiado las tasas de mortalidad con el objetivo de identificar las mejores prácticas para alcanzar una vida larga y saludable. Durante más de tres décadas, se ha sabido que la falta de sueño prolongada es uno de los hábitos que incrementa la probabilidad de una muerte temprana. Esta comprensión se cimentó, en gran parte, en un estudio con ratas de 1989, realizado por investigadores de Chicago y publicado en la revista Sleep. Sin embargo, la investigación continua ha revelado que dormir en exceso también conlleva riesgos similares para la salud, desmitificando la idea de que “más es siempre mejor” cuando se trata de descanso.
En un esfuerzo colaborativo, investigadores del University College London y la Universidad de Warwick examinaron los efectos de los patrones de sueño en más de 10,300 personas en dos fases de sus vidas: de 1985 a 1988 y nuevamente de 1992 a 1993, si los participantes seguían vivos. Tras ajustar variables como la edad, el nivel de empleo y el consumo de alcohol, los científicos presentaron ante la British Sleep Society en 2007 un hallazgo significativo: dormir ocho horas o más al día duplica el riesgo de mortalidad por todas las causas. Este descubrimiento puso de manifiesto la complejidad de la relación entre el sueño y la salud.
El elevado riesgo de muerte prematura asociada al dormir en exceso fue validado por investigadores de la Universidad de Keele en un estudio de 2018, publicado en el Journal of the American Heart Association. Al analizar la conexión entre el sueño, las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad en más de 3 millones de individuos, los científicos concluyeron que dormir diez horas o más por noche aumenta en un 30% el riesgo de muerte en comparación con quienes duermen solo siete horas. Además, encontraron que los participantes tenían un 56% y un 49% más de probabilidades de fallecer por un accidente cerebrovascular y por enfermedades cardiovasculares, respectivamente. Estos datos subrayan la importancia de encontrar un equilibrio.
¿Por qué dormimos en exceso y cuál es la cantidad recomendada? 
Por definición, dormir en exceso implica descansar más de nueve horas al día. Existen múltiples razones detrás de este patrón de sueño prolongado. Desórdenes del sueño como la apnea del sueño, el insomnio y la narcolepsia son causas evidentes. Sin embargo, otras condiciones de salud como la ansiedad, la depresión, las enfermedades cardiovasculares, el dolor crónico, la diabetes y la obesidad, entre otras, también pueden influir en el sueño excesivo. Lamentablemente, el sueño prolongado puede incrementar la inflamación, provocar enfermedades crónicas y debilitar el sistema inmunológico, uno de los sistemas más vitales del cuerpo.
La buena noticia es que muchas de estas condiciones son tratables o manejables, lo que facilita el mantenimiento de patrones de sueño más saludables. Además, con un sueño regular y ciertos hábitos de vida, es posible mejorar la función cognitiva general y el bienestar emocional.
Entonces, ¿cuánta cantidad de sueño necesitamos realmente? Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, la cantidad de sueño recomendada varía según la edad. Niños y adolescentes requieren más horas, ya que el sueño es crucial para el desarrollo cerebral y el crecimiento. Para adultos entre 18 y 60 años, se aconsejan siete horas. Las personas de 61 a 64 años no deberían dormir más de nueve horas, y los mayores de 65 años no más de ocho.
Es fundamental recordar que estas son recomendaciones generales y guías. Algunas personas se sienten mejor con menos o más horas de sueño de las indicadas. Esto se debe a que la calidad del sueño es a menudo más importante que la cantidad. Un estudio publicado en 2024 en la revista Sleep encontró que la calidad del sueño es un predictor más sólido del riesgo de mortalidad que el número de horas dormidas. En resumen, encontrar el equilibrio personal y asegurar un descanso reparador son claves para una vida larga y saludable, enfatizando siempre la calidad del sueño sobre la mera duración.