Inicio / Ciencia

Floraciones Algales Nocivas: Impacto Silencioso en la Salud y el Ecosistema Marino

Descubre los peligros de las floraciones algales nocivas, sus toxinas y cómo afectan la salud y el ecosistema marino.

Floraciones Algales Nocivas: Impacto Silencioso en la Salud y el Ecosistema Marino

Las algas son mucho más que ese ‘verdín’ que a veces vemos en los costados de nuestros acuarios o en sus decoraciones. En realidad, son un vasto y diverso grupo de organismos marinos y de agua dulce, fundamentales para la vida en nuestro planeta. Desempeñan un papel clave en el ecosistema marino, formando la base de la cadena alimentaria marina al ser la principal fuente de nutrientes para una gran variedad de pequeños animales acuáticos. Su presencia es vital para el equilibrio natural y la biodiversidad acuática.

Sin embargo, hay una faceta menos benigna de las algas. Cuando ciertas especies proliferan de manera descontrolada y, peor aún, producen toxinas, se convierten en lo que conocemos como floraciones algales nocivas (FAN). Estas floraciones representan un riesgo considerable, causando efectos debilitantes e incluso fatales para los organismos marinos y, por extensión, para los seres humanos que entran en contacto con ellas o consumen productos contaminados. Una de estas toxinas algales de particular preocupación es el ácido domoico, tristemente conocido por su capacidad de provocar pérdida de memoria.

El ácido domoico fue identificado por primera vez en algas en la costa oeste de Estados Unidos en 1991. Sorprendentemente, de los millones de especies de diatomeas existentes, los científicos han descubierto que solo 28 son capaces de producir esta potente toxina. Dos de estas especies fueron halladas en mariscos de cultivo en la isla de Luzón, Filipinas, durante una floración algal en mayo de 2023, según un estudio publicado en Diatom Research. Este veneno es particularmente preocupante porque puede acumularse en los mariscos y, lo que es crucial para la seguridad alimentaria, no se destruye ni por congelación ni por cocción.

Cuando las personas consumen grandes cantidades de mariscos afectados, pueden desarrollar la intoxicación amnésica por mariscos (IAM), nombrada así por la característica pérdida de memoria a corto plazo que provoca. Además de este síntoma neurológico distintivo, la condición se manifiesta inicialmente con calambres abdominales, diarrea, náuseas y vómitos, generalmente dentro del primer día. En casos más severos, la IAM puede progresar a síntomas como confusión, mareos y secreciones respiratorias, entre otras complicaciones que requieren atención médica inmediata.

Aunque los casos de IAM son poco comunes, la frecuencia y la intensidad de las floraciones algales nocivas están aumentando a nivel global, un fenómeno que a menudo se relaciona con diversas actividades humanas, incluyendo la contaminación por nutrientes y el cambio climático. Esta tendencia eleva significativamente el riesgo de que el ácido domoico llegue a nuestras mesas y cause enfermedades. Afortunadamente, las agencias de pesca y vida silvestre, así como las autoridades sanitarias, implementan rigurosos programas de monitoreo y pruebas de rutina en los mariscos y pescados para prevenir y mitigar estos riesgos, asegurando así la seguridad alimentaria para los consumidores.

Floraciones Algales Nocivas: Impacto Silencioso en la Salud y el Ecosistema Marino

Los efectos nocivos de las algas no se limitan a un solo tipo de toxina. Existen varias otras toxinas que pueden acumularse en los productos del mar y provocar distintas enfermedades transmitidas por alimentos si se consumen en cantidades inseguras. Conocerlas es fundamental para la prevención:

  • Saxitoxina: La exposición a esta toxina puede conducir a la intoxicación paralítica por mariscos (IPM). Los síntomas de esta condición suelen aparecer en pocas horas e incluyen malestar gastrointestinal, problemas neurológicos como hormigueo en las extremidades y alteraciones mentales, taquicardia, presión arterial alta y, en los casos más graves, puede llevar a la asfixia o parálisis respiratoria, lo cual es potencialmente fatal.

  • Brevetoxina: Otra toxina peligrosa que causa la intoxicación neurotóxica por mariscos (INM). Esta condición induce síntomas gastrointestinales y neurológicos, tales como mareos, debilidad muscular, náuseas, hormigueo en las extremidades y alrededor de la boca, dificultad para hablar (habla arrastrada) y malestar respiratorio.

  • Ácido Okadáico: Esta toxina puede derivar en la intoxicación diarreica por mariscos (IDM). La mayoría de las personas que desarrollan esta condición experimentan principalmente problemas gastrointestinales —dolor abdominal, diarrea, náuseas y vómitos—, mientras que algunos también pueden presentar escalofríos, fiebre y dolores de cabeza.

  • Ciguatoxina: Finalmente, esta es una toxina que puede causar ciguatera, una enfermedad que se presenta con una amplia gama de síntomas gastrointestinales y neurológicos, además de síntomas cardíacos como arritmias, presión arterial alta y una frecuencia cardíaca lenta. La ciguatera es particularmente compleja debido a la diversidad de sus manifestaciones.

La comprensión de estas diversas toxinas y sus efectos es crucial para la seguridad alimentaria y la protección de la salud pública, subrayando la importancia del monitoreo continuo de nuestros océanos y sus recursos marinos.