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Gigantes Prehistóricos: El Misterio del Oso de Cara Corta Más Grande de Sudamérica
Descubre al imponente Arctotherium angustidens, el oso de cara corta gigante de Sudamérica, y su increíble tamaño prehistórico.
Pocos animales han inspirado tanto asombro y terror en la cultura humana como los osos. El folclore japonés habla de Onikuma, el oso demonio que roba vacas y caballos enteros. La epopeya india, el Ramayana, narra sobre el sabio y poderoso rey oso Jambavan, quien juega un papel fundamental en la derrota del demonio Ravana. La Biblia, también, pinta un retrato aterrador de estas bestias cuando, en el Libro de los Reyes, un par de osos asesina a 42 jóvenes que insultaron al profeta Eliseo. Parece que dondequiera que los osos deambularon, encontraron un lugar en el folclore local, con su dominio físico en primer plano. Poco sabían aquellos antiguos narradores que los osos que encontraron no eran nada comparado con lo que pisó la Tierra antes que los seres humanos.
Los osos más grandes del mundo en la actualidad son el oso polar y el oso Kodiak (que es una subespecie de oso pardo). Ambos se pueden encontrar en las latitudes del extremo norte, incluyendo Alaska, y con masas corporales que pueden superar los 900 kilogramos, se encuentran entre los mamíferos más grandes de Estados Unidos. Sin embargo, ni el oso polar ni el oso Kodiak pueden compararse con la especie de oso extinto conocida como Arctotherium angustidens, o el oso de cara corta gigante de Sudamérica. Estas bestias colosales podrían haber pesado más de 1,600 kilogramos. En comparación, el oso polar más grande registrado pesó poco más de 1,000 kilogramos. Erguido sobre sus patas traseras, el A. angustidens medía 3.3 metros de altura. Habría sido el depredador ápice definitivo. Entonces, ¿por qué los osos de hoy en día no se acercan a este tamaño?
¿Cómo el Arctotherium angustidens alcanzó un tamaño tan grande?

El Arctotherium angustidens pudo alcanzar tamaños inauditos entre los osos modernos porque el entorno que habitó era drásticamente diferente. Esta especie vivió hace entre 2 millones y 500,000 años en la región de la actual Argentina. Sin embargo, los osos no eran nativos de América; evolucionaron en Eurasia y llegaron a través del puente terrestre de Bering, ahora sumergido, tomando la misma ruta que los primeros humanos. Cuando los primeros osos llegaron a Sudamérica hace más de 2 millones de años, encontraron una tierra sin depredadores capaces de desafiarlos, lo que les permitió dominar las especies nativas y crecer a tamaños masivos.
Sin una competencia seria en la cadena alimentaria, el A. angustidens comía todo lo que podía, incluyendo carne, pescado, bayas y hojas. Con su asombroso poder, probablemente cazaba más carne que cualquier oso moderno. Sin embargo, cuanto más grande se hace una especie, más alimento necesita, y una vez que otros grandes depredadores comenzaron a surgir en Sudamérica, el A. angustidens ya no pudo monopolizar la cadena alimentaria para satisfacer sus necesidades. En última instancia, fueron las especies de osos más pequeñas, que necesitaban menos alimento para sobrevivir, las que demostraron ser las más aptas para la supervivencia a largo plazo.
Hoy en día, solo queda una especie de oso de cara corta en la Tierra: el Tremarctos ornatus, más conocido como el oso andino u oso de anteojos (debido al patrón de pelaje en su rostro). Con un peso máximo de alrededor de 180 kilogramos, su capacidad para perdurar donde su enorme primo no pudo, demuestra que ser más grande no siempre es mejor. La historia del oso de cara corta gigante es un testimonio fascinante de la evolución y adaptación de la megafauna en la prehistoria de Sudamérica, recordándonos la asombrosa diversidad de vida que una vez habitó nuestro planeta.