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Hogares Grupales y el Valor de la Propiedad: Mitos, Realidades y Protecciones Legales
Desmitifica el impacto de los hogares grupales en tu propiedad. Conoce leyes clave y su rol crucial en la comunidad.
Los hogares grupales son residencias diseñadas para alojar a un grupo de personas no relacionadas que reciben cuidado o apoyo por razones similares. Esto puede incluir a individuos con discapacidades físicas o mentales, niños en situación de vulnerabilidad, jóvenes en conflicto con la ley, o aquellos que buscan rehabilitación por abuso de sustancias. Si bien el término puede referirse a instalaciones grandes de vida asistida, muchos de estos hogares han obtenido variaciones de zonificación y se ubican en residencias típicas dentro de vecindarios normales, permitiendo a los residentes sentirse integrados y con una vida más discreta. Estas casas alivian la carga de familiares o cuidadores, generan empleo y promueven la inclusión, independencia o rehabilitación de sus ocupantes, cumpliendo una función esencial en cualquier comunidad.
Sin embargo, es comprensible que, si uno de estos hogares se establece en tu vecindario, surja la preocupación sobre si podría devaluar tu propiedad. La inquietud es válida. Algunos hogares grupales pueden albergar a vecinos que no encajan en la percepción de un vecindario “ideal”, como adolescentes con problemas de conducta, personas con antecedentes penales o aquellos con problemas de adicción. Además, la convivencia con el aumento de tráfico (debido al personal) y la rotación de residentes es suficiente para generar preocupación en cualquier junta de vecinos.
Se han realizado numerosos estudios sobre este tema, y aunque la mayoría no han encontrado un vínculo entre los hogares grupales y un efecto adverso en el valor de las propiedades, es importante señalar que muchos de estos estudios fueron realizados hace décadas. Por lo tanto, podrían no reflejar completamente el clima actual del mercado inmobiliario, marcado por la omnipresencia de aplicaciones de bienes raíces y una obsesión creciente por los costos de vivienda. No obstante, si bien el tipo de hogar grupal y el número de residentes podrían ser factores a considerar, la lógica sugiere que, en general, no hay motivo para alarmarse. ¿La razón principal? En la mayoría de los casos, otras propiedades que se venden en el mismo vecindario no están obligadas a revelar información sobre la presencia de un hogar grupal a los posibles compradores, lo que lo vuelve irrelevante en cuanto al valor de la propiedad.
La Protección Legal de los Hogares Grupales y su Impacto en el Valor de tu Casa

En la mayoría de las jurisdicciones, un hogar grupal con seis o menos residentes puede adherirse a las mismas regulaciones de zonificación que las viviendas unifamiliares y no tiene la obligación de anunciarse a los vecinos. Esto significa que no tienes que divulgar esta información a posibles compradores. Bajo la Ley de Vivienda Justa (Fair Housing Act), es ilegal discriminar o divulgar la presencia de un hogar grupal que alberga a personas con discapacidades mentales o físicas. Tampoco es necesario revelar la cercanía de un hogar para personas de la tercera edad, aunque la edad no está específicamente cubierta por esta ley. Como regla general, a los compradores no se les permite preguntar sobre el tipo de personas que componen un vecindario, aunque sí pueden investigar la zona antes de comprar.
¿Y qué pasa con las llamadas “casas de vida sobria”? La Ley de Estadounidenses con Discapacidades (Americans with Disabilities Act) reconoce a las personas en recuperación de abuso de drogas o alcohol como personas con una discapacidad. Es crucial entender que la mayoría de estas casas se establecen como el paso final en el proceso de rehabilitación. Los residentes ya han recibido tratamiento inicial en una instalación y están dando los primeros pasos para reincorporarse a la sociedad con supervisión constante. Por lo tanto, los mismos principios de protección y no divulgación aplican aquí.
Si te preocupa la llegada de un hogar grupal a tu vecindario, hay varios aspectos a considerar que pueden brindarte tranquilidad. Primero, estos hogares cuentan con personal supervisado que atiende y apoya a los residentes, asegurando su seguridad y bienestar. Segundo, los hogares grupales deben cumplir con las leyes estatales y mantener estrictos estándares de salud y seguridad, lo que garantiza un entorno adecuado para todos. Finalmente, existen normas que prohíben la instalación de más de un hogar grupal dentro de un perímetro determinado, lo que significa que la presencia de uno no invitará automáticamente a otros a establecerse en tu misma cuadra. En resumen, no hay motivos para temer a un hogar grupal: cumplen un papel vital y positivo para individuos que lo necesitan y, lo más probable, es que no impacten negativamente en tu vida ni en el valor de tu propiedad.