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La Cultura del Café Francés: Guía Definitiva de Etiqueta para Viajeros
Domina la experiencia del café francés. Consejos esenciales de etiqueta, desde el saludo hasta el pago, para disfrutar como un local.
En Francia, un café es mucho más que un simple lugar para recargar energías con una dosis rápida de cafeína; es, de hecho, un punto de inflexión en el día, un espacio de encuentro informal y asequible para ponerse al día con amigos o colegas. El geógrafo francés Philippe Gajewski describió en un ensayo cómo, para los asiduos, el café se convierte en una especie de “hogar fuera del hogar”, un verdadero refugio. Estos establecimientos se perciben como un espacio intermediario entre el trabajo y la vida doméstica, entre lo público y lo privado. Es un lugar de confort, de tiempo suspendido y de afinidades, ya sean sociales o relacionadas con el ambiente mismo. Este papel de “tercer lugar” ha moldeado un código tácito en los típicos cafés parisinos, con sus icónicas sillas de mimbre y pequeñas mesas para dos. Aunque en pueblos más pequeños o zonas rurales las líneas pueden ser menos definidas, la mayoría de estas normas aún se aplican. No permitas que la atmósfera o la seriedad de los meseros te intimiden y te hagan perderte este emblemático ritual francés. Muchas de las reglas que deberás seguir en Francia pueden parecer peculiares, pero eso solo añade a ese intangible “je ne sais quoi” que tanto caracteriza al país. Y como en cualquier otra interacción en Francia, tus tres mejores amigos serán siempre: “bonjour” (hola), “s’il vous plaît” (por favor) y “merci” (gracias). Aquí te compartimos algunos otros consejos de etiqueta esenciales para tener en cuenta en un café francés.
Saluda al personal al entrar

La primera regla no escrita es saludar a cualquier miembro del personal que se encuentre cerca con un suave “bonjour” durante el día o “bonsoir” por la tarde/noche. Si te sientes con confianza lingüística, puedes añadir un “monsieur” (señor) o “madame” (señora). Puede que al principio no te parezca natural, pero en el contexto de la cultura local resulta muy chocante entrar sin un saludo. Volviendo al concepto del “tercer lugar”, un café no es un espacio completamente público; es más bien un espacio privado abierto al público.
En Francia, se considera descortés iniciar cualquier interacción o conversación sin antes establecer una conexión mediante un saludo. Los clientes también dicen “bonjour” al entrar a una tienda, una panadería o al recoger una revista del quiosco. No te desanimes si tus mejores esfuerzos por pronunciar unas palabras en francés son respondidos en inglés; no es un reflejo de tus habilidades lingüísticas, sino simplemente su manera de buscar eficiencia en el servicio.
Saber cuándo sentarse y cuándo esperar

Para encontrar un sitio donde sentarse, generalmente tendrás tres opciones: en la barra, en una mesa interior o en una mesa exterior (la “terrasse”). Ten en cuenta que los precios pueden variar según dónde te sientes, siendo la barra la opción más económica. Fumar está permitido en las áreas de acera o patio (la “terrasse”), y los perros suelen ser bienvenidos, aunque esto puede variar en algunos establecimientos. A menos que haya una persona recibiendo en la entrada, no necesitas esperar para que te asignen una mesa. Simplemente ocupa cualquier mesa libre. Si no tienes pensado pedir comida, asegúrate de evitar cualquier mesa que ya tenga cubiertos o mantelería, ya que estas han sido preparadas para el servicio de comidas.
No hay necesidad de llamar al mesero; ellos te notarán. Sé paciente. Puedes aprovechar este tiempo para observar a la gente y decidir tu pedido; estar listo facilita el trabajo al personal. Una vez que llegue tu orden, permanecerás en gran medida sin ser molestado hasta que decidas marcharte. Esto puede ser un ajuste cultural si estás acostumbrado a que el personal te revise a intervalos regulares. En Francia, se considera descortés interrumpir a los clientes. Aunque mucho se perdonará a un visitante extranjero, es seguro decir que hablar en voz alta o mantener una conversación claramente audible en tu teléfono es uno de los elementos en la lista de cosas que nunca se deben hacer al visitar París.
Leer está bien, pero trabajar en laptop no tanto

Generalmente, puedes permanecer en tu mesa el tiempo que desees. Leer un libro o el periódico local y dejar que el “teatro de la vida” se desarrolle a tu alrededor puede ser una de las mejores maneras de experimentar París como un parisino. Trabajar en una laptop no es tan común en estos entornos, y algunos cafés franceses incluso pueden desaprobarlo. En caso de duda, mira a tu alrededor para ver si otros clientes están ocupados con sus computadoras, o pregunta a tu mesero y acepta con gracia si la respuesta es negativa. Después de todo, no estás allí para ser productivo; este es tu refugio de “tercer lugar” del ajetreo diario. Por esta misma razón, el café para llevar (“coffee to-go”) tampoco es una práctica común en un café francés tradicional.
Una breve nota sobre las nociones preconcebidas: si un mesero francés parece grosero, considera que simplemente puede estar muy ocupado o saliendo de un momento de servicio intenso. En Francia, una manera rápida y sin complicaciones es el sello distintivo de un profesional consumado.
Pago y propinas

Una vez que estés listo para reunirte con el mundo exterior, no es de buena forma llamar al mesero a gritos. Basta con establecer contacto visual. Un levantamiento de cejas o un pequeño gesto de escribir en el aire con la mano comunica el mensaje de que estás listo para “l’addition s’il vous plaît” (la cuenta, por favor). Cuando tu mesero regrese con “la note” (el recibo), este indicará un monto total bajo “TTC” (toutes taxes comprises - todos los impuestos incluidos).
En la mayoría de los casos, te traerán el lector de tarjetas de crédito a la mesa, por lo que no necesitarás entregarles tu tarjeta. También es posible que en algunos lugares informales te pidan que lleves tu cuenta a la caja y pagues allí. Las propinas no son obligatorias, ya que siempre están incluidas en el total en Francia, pero dejar un poco extra siempre es un gesto amable si disfrutaste del servicio. Por ejemplo, si estás en grupo y pidieron muchas bebidas diferentes, puedes dejar unos pocos euros sobre la mesa. Siempre será apreciado. Con estos sencillos consejos, estás listo para navegar la experiencia del café francés con elegancia y confianza.