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La Fascinante Historia de la Linterna: Del Ingenio al Brillo Cotidiano
Descubre la evolución de la linterna: desde su ingeniosa invención hasta su papel esencial en nuestra vida diaria. Un viaje luminoso.
Hoy en día, las linternas son una parte cotidiana de nuestras vidas, simplemente porque todos tenemos una en nuestros bolsillos. Pero esa pequeña luz en la parte trasera de nuestros teléfonos inteligentes —tan a menudo usada para encontrar llaves debajo del sofá— desmiente la rica historia de innovación y avance tecnológico a lo largo de siglos que dio origen a la linterna en primer lugar.
Antes de que todos tuviéramos una linterna en nuestros bolsillos, los dispositivos de iluminación portátil eran mucho más comunes y representaban una tecnología significativa por derecho propio. Todos hemos hecho un proyecto de linterna de papa en la escuela y seguramente recordamos haber sostenido linternas para nuestros padres mientras intentaban reparar algún objeto doméstico con una ira apenas disimulada. Las linternas incluso pueden ayudar a verificar la eficiencia de tu refrigerador.
Las fuentes de luz portátil de este tipo han sido parte de la vida moderna durante décadas, y fueron nada menos que revolucionarias cuando se estrenaron, utilizando tecnología de vanguardia para proporcionar a los usuarios gadgets prácticos que se convirtieron en un pilar de la vida diaria. Entonces, ¿cuándo exactamente esta tecnología innovadora entró en uso? ¿Y por qué el aspecto de “flash” en su nombre? Acompáñanos mientras iluminamos la historia de la linterna.
La linterna: Un invento que iluminó el cambio de siglo XIX al XX

Aunque los antecedentes de la linterna se pueden encontrar a lo largo de la historia —desde lámparas y linternas de arcilla y piedra hasta las buenas y viejas antorchas que eran esencialmente solo fuego en un palo—, la primera linterna real se inventó a finales del siglo XIX. Si bien la primera lámpara de arco eléctrico fue inventada por Sir Humphry Davy a principios de 1800, este dispositivo en particular era demasiado grande para ser una fuente de luz portátil, y pasarían casi cien años antes de que llegara el primer ejemplo verdadero de una linterna.
Fue el empresario ruso-estadounidense Conrad Hubert (anteriormente conocido como Akiba Horowitz) quien finalmente llevó la primera linterna al mercado, pero fue su empleado David Misell quien realmente la inventó. Hubert encargó al inventor británico Misell, quien trabajaba en su taller de Nueva York, la creación de una luz portátil que pudiera caber en los bolsillos de los consumidores, y para 1898, Hubert tenía un prototipo funcional, lo que marcó el nacimiento de la linterna. Este momento fue crucial, ya que combinó la necesidad de iluminación personal con los avances en electricidad y almacenamiento de energía.
¿Cómo funcionaba la primera linterna? Un vistazo a su ingeniería pionera

El 10 de enero de 1899, David Misell obtuvo una patente para su recién inventada linterna. Los derechos de la patente fueron asignados a la American Electrical Novelty and Manufacturing Company, propiedad de Conrad Hubert y que finalmente se convirtió en la American Ever Ready Company. El dispositivo era esencialmente un tubo de papel y fibra que utilizaba baterías secas de zinc tamaño D, dispuestas de adelante hacia atrás en su interior, con una bombilla y un reflector de latón en el extremo del diseño.
Hubert y Misell solo pudieron crear su dispositivo revolucionario gracias a la reciente invención de otras dos tecnologías importantes: las versiones de consumo de las baterías de pila seca y la luz eléctrica. Las primeras se habían inventado a mediados de 1800 y utilizaban electrolitos suspendidos en pasta en lugar de líquido, lo que las hacía ideales para dispositivos portátiles, ya que la pasta no se derramaría cuando se usara en ciertos ángulos. Mayores mejoras en el diseño de las baterías llevaron a las primeras baterías secas tubulares disponibles comercialmente en 1896. Una luz eléctrica incandescente capaz de durar largos períodos fue inventada por Thomas Edison en 1879, y una versión pequeña de su diseño proporcionó la fuente de luz perfecta para la linterna. La conjunción de estas innovaciones marcó un hito en la tecnología de la iluminación portátil.
¿Por qué se les llama “flashlights” (luces de destello) si ahora alumbran fijo?

Las fuentes de luz portátil fueron revolucionarias cuando se estrenaron, y no solo para los consumidores. Conrad Hubert donó varias de sus nuevas invenciones al Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York, principalmente como un ejercicio promocional para poder usar los testimonios de los oficiales en anuncios. Pero las linternas resultaron enormemente útiles para la fuerza, quienes dieron a los dispositivos excelentes —si me disculpan el juego de palabras— reseñas. La linterna se unió a la iluminación mundial en curso de las ciudades, que estaban siendo transformadas de sus días pre-electricidad.
Por supuesto, estas primeras iteraciones de linternas venían con muchas limitaciones —la más grande implícita en el nombre mismo. Las primeras linternas solo podían producir rápidos destellos de luz. Esto se debía a las bombillas de filamento de carbono, que eran muy ineficientes y requerían períodos de descanso entre usos para mantener su integridad, y las baterías mismas solo podían mantener una corriente constante por breves períodos. Todo esto resultó en que las luces portátiles destellaran en lugar de proporcionar una fuente constante, de ahí el nombre, “flashlight” o luz de destello. Esta limitación inicial es un recordatorio fascinante de cómo la tecnología ha evolucionado para superar sus barreras iniciales, haciendo que las linternas de hoy sean mucho más eficientes y versátiles.