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Las Pozas de Edward James: El Jardín Surrealista Oculto en la Selva de México
Explora Las Pozas, la enigmática obra surrealista de Edward James en la selva de Xilitla, México. Un viaje mágico.
México es un país rebosante de maravillas surrealistas. Desde ríos subterráneos místicos, llenos de cuevas y cristales, hasta desiertos donde luces inexplicables iluminan el cielo y los radios y relojes fallan, es una nación colmada de magia, misterio y lugares extraordinarios para visitar. ¿En qué otro lugar del mundo se pueden encontrar lagos de otro mundo teñidos de un vibrante color rosa chicle, islas donde los espíritus difuntos regresan una vez al año para visitar a sus familias, o pozas de agua azul brillante fotogénicas, reputadas como portales al inframundo? Explorar México garantiza experiencias emocionantes, sorprendentes e incluso deliciosamente escalofriantes en cada esquina. La cultura mexicana abraza estas vibraciones surrealistas, singulares e incluso inquietantes y las lleva al siguiente nivel. Pero uno de los puntos más bizarros y de otro mundo del país fue, de hecho, diseñado y construido por un británico. Escondido en las selvas de San Luis Potosí, Las Pozas es una pieza extraordinaria de arte monumental, una de las construcciones surrealistas más grandes y menos conocidas del siglo XX, creada por el poeta inglés Edward James.
Las Pozas es un lugar remoto, ubicado justo a las afueras del pequeño pueblo de Xilitla, en el estado de San Luis Potosí. Enclavado en lo alto de la reserva de la Sierra Gorda, una ramificación de la majestuosa Sierra Madre Oriental, está rodeado de exuberante selva subtropical, picos imponentes, valles profundos y enormes cascadas. Se encuentra a unos 450 kilómetros al norte de la Ciudad de México, un viaje que toma aproximadamente siete horas en coche. El aeropuerto internacional más cercano, el de Querétaro, está a unos 240 kilómetros y recibe vuelos desde los principales centros de EE. UU., pudiendo alcanzarse en unas cuatro horas y media de trayecto. Esta ubicación remota, pero accesible, contribuye a la mística que envuelve a Las Pozas.
Un ‘Jardín del Edén’ para el Surrealismo en México

Edward James fue un apasionado admirador y mecenas del movimiento surrealista, patrocinando a artistas tan célebres como Salvador Dalí y René Magritte. A mediados del siglo XX, decidió que quería crear un ‘Jardín del Edén’ Surrealista, y se sintió atraído por la atmósfera esotérica de México. Curiosamente, México e Inglaterra comparten una sorprendente conexión en el arte surrealista, con artistas como Leonora Carrington y Bridget Bate Tichenor cruzando el Atlántico para vivir y trabajar. De hecho, fue Tichenor quien le dio a James la idea de crear su particular Edén en tierras mexicanas. La visión de James era crear algo que desafiara la lógica y se integrara con la naturaleza salvaje, transformando un espacio ordinario en una obra de arte viviente.
Las Pozas es difícil de encasillar. En parte es una inmensa obra de arte, en parte un parque de esculturas, en parte una ciudad en ruinas, y en parte un escenario de película de ciencia ficción o fantasía. Es una serie de confusas estructuras de hormigón, arquitectura ornamentada, escaleras que no llevan a ninguna parte y habitaciones abiertas y vacías. La naturaleza es una parte fundamental del espacio, con bosques de bambú, lianas colgantes y cascadas ruidosas, tan esenciales para el monumento como las propias ruinas. Se siente como deambular por los restos de alguna antigua civilización alienígena o descubrir una ciudad perdida en medio de la selva virgen. Es un lugar donde la imaginación se desborda y la realidad se difumina. Resulta difícil saber exactamente qué planeó James para Las Pozas. Vivió allí durante un período significativo, ya sea alojándose con su arquitecto y amigo, Plutarco Gastélum, en un castillo de cemento de estilo neogótico que había construido para su familia, o en su propia casa hecha de hormigón, bambú y ladrillo. Montó su propio zoológico de animales exóticos y cultivó orquídeas, pero la mayoría de las creaciones parecen no tener ningún propósito más allá de ser una expresión pura del Surrealismo. La construcción comenzó en 1949 y continuó hasta 1984, año en que James falleció y la obra cesó, dejando un legado incompleto, pero fascinante, que invita a la reflexión sobre el arte y la mente humana.
Más allá de los jardines: Los otros encantos de Xilitla

Debido a su espectacular ubicación remota, una visita a Las Pozas casi inevitablemente implica una estancia de una noche. Esto es, para ser honestos, un verdadero placer, ya que Xilitla es un pueblo encantador y San Luis Potosí uno de los estados más subestimados de México. Uno de los mejores lugares para alojarse es la Posada el Castillo, el antiguo hogar del arquitecto Plutarco Gastélum, ahora un excelente hotel con una fascinante arquitectura surrealista. La Villa Ecoturística La Huerta de Xilitla es otra gran opción, justo a las afueras del pueblo y muy cerca de Las Pozas, con una selección de maravillosas cabañas y casas en los árboles junto al río, ofreciendo una experiencia inmersiva en la naturaleza huasteca. Una estancia en Xilitla también brinda la oportunidad de descubrir la cocina única de San Luis Potosí. El plato más impresionante para probar es el zacahuil, una especialidad huasteca en forma de un tamal gigantesco relleno de carne, chiles y especias, ¡a menudo midiendo hasta un metro de largo! El caldo xóchitl, una sopa tradicional, y las enchiladas potosinas (tortillas rellenas bañadas en salsa de chile guajillo) también se encuentran en casi todos los menús, ofreciendo una deliciosa inmersión en los sabores locales y la rica cultura gastronómica.
Más allá de los etéreos monumentos de Las Pozas, hay muchas otras cosas que disfrutar en Xilitla. El pequeño pueblo cuenta con dos excelentes museos, uno dedicado a la obra de Leonora Carrington, y el otro explorando con mayor detalle la visión de Edward James. También es un lugar fabuloso para los amantes de la naturaleza, con una variedad de senderos para caminatas, cascadas, picos montañosos y cuevas para explorar y disfrutar. Xilitla ofrece una combinación perfecta de arte, cultura, historia y aventura natural, haciendo de cada visita una experiencia inolvidable y atemporal.