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Los Misterios de los 'Ojos' de la Papa: ¿Qué Son y Por Qué No Debes Consumirlos?

Descubre qué son los ojos de la papa, cómo brotan y por qué es mejor evitar consumir estas partes. ¡Aprende sobre la solanina!

Los Misterios de los 'Ojos' de la Papa: ¿Qué Son y Por Qué No Debes Consumirlos?

Las papas son un alimento básico disfrutado en todo el mundo. No solo son altamente nutritivas, sino que demuestran una notable capacidad para crecer en casi cualquier condición. Con luz mínima y sin tierra, las papas comenzarán a desarrollar sus famosos “ojos” si se dejan por el tiempo suficiente. Incluso puedes cultivarlas en nada más que un vaso de agua para un fascinante experimento científico. Pero, ¿qué son exactamente estos crecimientos y qué implican para nuestro consumo?

A diferencia de las plantas que solo pueden propagarse a partir de semillas, las papas tienen la particularidad de poder brotar nuevos tallos directamente de sus tubérculos. Esta es una impresionante adaptación evolutiva que muchos tubérculos poseen, asegurando que la planta pueda propagarse incluso cuando las condiciones no son propicias para la germinación de semillas. Por supuesto, dado que las plantas que crecen de los tubérculos no germinan sexualmente, son esencialmente clones de la planta original. Aunque las papas sí tienen semillas y flores para la reproducción sexual, sus tubérculos poseen esos icónicos “ojos” como un medio eficaz para asegurar su crecimiento y supervivencia.

Esas pequeñas protuberancias de color oscuro en las papas, a las que comúnmente nos referimos como “ojos”, son en realidad brotes latentes. Su estado de latencia está cuidadosamente controlado por hormonas presentes en el tubérculo, las cuales impiden el crecimiento de la planta si no se cumplen las condiciones adecuadas. Sin embargo, no son demasiado exigentes. Cualquier ambiente que se parezca remotamente a las condiciones bajo tierra, donde las papas crecen naturalmente, es suficiente para que las hormonas reduzcan su concentración y permitan que los brotes comiencen a crecer. Idealmente, las papas brotarán en suelos cálidos, bien drenados y francos-arenosos, comunes en sus orígenes en las montañas de los Andes. No obstante, debido a que las papas ya contienen los nutrientes y materiales necesarios para crecer, pueden brotar en cualquier condición bien ventilada, seca y oscura, como las que se encuentran en una despensa de cocina. ¡No se necesita tierra para iniciar este proceso!

¿Por qué no deberías comer lo que le crece a las papas?

Los Misterios de los 'Ojos' de la Papa: ¿Qué Son y Por Qué No Debes Consumirlos?

La rica historia de la papa está marcada por relatos de grandes hambrunas, guerras, revoluciones agrícolas y profundos cambios culturales. Quizás uno de los eventos más significativos en la línea de tiempo de la papa fue su introducción en Europa a mediados del siglo XVI. Después de una sangrienta campaña de conquista en los Andes, cultivos y animales del Nuevo Mundo fueron llevados de vuelta al viejo continente, algunos como curiosidades, otros para el cultivo. La papa fue tratada inicialmente como ambas cosas.

Los europeos a menudo cultivaban la planta en jardines botánicos para exhibir sus hojas verdes de rápido crecimiento y hermosas flores. No existen documentos primarios que verifiquen una historia a menudo repetida sobre la Reina Isabel sirviendo hojas de papa en una fiesta y envenenando a sus invitados; sin embargo, si alguien hubiera comido las partes verdes, se habría enfermado gravemente. Las autoridades francesas incluso prohibieron el cultivo de papa por un tiempo, citando su potencial para causar enfermedades, la lepra en particular. Sin embargo, aunque las papas no son responsables de la lepra, sus crecimientos sí contienen toxinas conocidas como glicoalcaloides.

Los glicoalcaloides son compuestos químicos encontrados en numerosas especies de plantas. Amargos y tóxicos, los glicoalcaloides sirven como una defensa natural formidable contra las plagas. Las plantas de la familia de las solanáceas, que incluyen papas, pimientos, berenjenas y tomates, contienen un glicoalcaloide particularmente venenoso llamado solanina. Algunos insectos que se alimentan de papas han evolucionado para tolerar la solanina, pero los humanos pueden experimentar síntomas desagradables como diarrea, vómitos, mareos y fiebre al consumirla en grandes cantidades. Los crecimientos en las papas, incluso antes de que los brotes desarrollen tallos y hojas grandes, contienen estos glicoalcaloides. Sin embargo, es importante destacar que necesitarías comer una gran cantidad de ellos para enfermarte gravemente. Algunas personas son, naturalmente, más sensibles a los glicoalcaloides, y algunas incluso pueden ser alérgicas a cantidades mínimas. Por lo tanto, para asegurar tu bienestar, es mejor prevenir y cortar con determinación cualquiera de esos “ojos” o brotes que le salen a las papas antes de preparar tu próxima ensalada de papa o cualquier otro platillo.