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Los Sherpas: La Adaptación Humana Definitiva a las Alturas del Everest

Descubre cómo los Sherpas, la etnia del Himalaya, dominan el Everest gracias a una evolución biológica única y su inquebrantable espíritu.

Los Sherpas: La Adaptación Humana Definitiva a las Alturas del Everest

Escalar el monte Everest es el logro cumbre para los aventureros de todo el mundo, pero para algunos, es simplemente otro día de trabajo. Detrás de casi cada ascenso exitoso, hay un Sherpa, que actúa tanto como guía en las peligrosas laderas de la montaña, como de porteador, transportando pesadas cargas de suministros en sus espaldas. Los Sherpas también instalan cuerdas y escaleras a lo largo de la ruta, y son responsables de establecer los campamentos que refugian a los montañistas en su viaje. Pero Sherpa no es solo un título de trabajo.

Los Sherpas son un grupo étnico originario de Nepal. Son parte de una colectividad más grande de grupos étnicos llamados Bhotia, que tienen raíces en el Tíbet. El nombre Sherpa proviene de las raíces geográficas del grupo, derivado de las palabras tibetanas “shar pa”, que significan “oriental”. La población total de Sherpas se estima en alrededor de 150,000, la mayoría de los cuales residen en la región del Himalaya.

Los Sherpas son considerados los más grandes escaladores de montañas del mundo. Las primeras personas confirmadas en alcanzar la cumbre del Everest fueron Tenzing Norgay Sherpa y el montañista Edmund Hillary. Hasta la fecha, el récord mundial de la mayor cantidad de cumbres pertenece a Kami Rita Sherpa, quien ha escalado el pico la asombrosa cifra de 31 veces. Es un récord que solo podría ser logrado por un Sherpa, porque resulta que poseen rasgos biológicos únicos que los hacen más adecuados que cualquier otra persona para manejar uno de los entornos más hostiles de la Tierra.

Los cuerpos de los Sherpas utilizan el oxígeno de manera más eficiente

Los Sherpas: La Adaptación Humana Definitiva a las Alturas del Everest

El principal obstáculo para alcanzar la cumbre del Everest es el acceso al oxígeno. La cumbre de la montaña se encuentra en las capas más altas de la troposfera, donde la presión del oxígeno es solo un tercio de la que existe a nivel del mar. Para la gran mayoría de las personas, esta escasez de oxígeno provoca que el cuerpo comience a trabajar en exceso para compensarlo, produciendo más glóbulos rojos para transportar más oxígeno. Sin embargo, esto tiene el efecto negativo de espesar la sangre, lo que ejerce más estrés sobre el corazón. Esto puede causar una amplia gama de síntomas peligrosos, incluyendo hinchazón del cerebro y acumulación de líquido en los pulmones, condiciones potencialmente fatales que contribuyen al número de muertes en el Everest. Para evitar este destino, los escaladores necesitan usar oxígeno suplementario… a menos que sean Sherpas.

Un estudio de 2017 publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences analizó muestras de sangre y biopsias musculares de Sherpas y descubrió algo especial sobre sus mitocondrias, que son estructuras dentro de las células que utilizan el oxígeno para convertir la glucosa de los alimentos en adenosín trifosfato (ATP), el principal tipo de combustible del cuerpo. Resulta que las mitocondrias de los Sherpas utilizan el oxígeno de manera mucho más eficiente que las de las personas que viven a bajas altitudes. No todo el oxígeno que respiramos se destina realmente a la producción de ATP, pero los Sherpas desperdician menos que otras personas. También tienen una mayor capacidad para el metabolismo anaeróbico, que es la producción de ATP sin el uso de oxígeno en absoluto. Esto permite a los Sherpas sobrevivir con menos oxígeno de lo que una persona normalmente necesitaría.

Las habilidades de los Sherpas son producto de la evolución

Los Sherpas: La Adaptación Humana Definitiva a las Alturas del Everest

Los cuerpos ultraeficientes de los Sherpas son una valiosa lección sobre el proceso de la evolución. Tendemos a enmarcar el curso de la evolución humana como un proceso singular, pero en realidad, diferentes grupos de personas evolucionan de maneras distintas a otros como producto de sus respectivos entornos. Los Sherpas han vivido en la alta meseta tibetana durante 6,000 años o más. En ese ambiente, la selección natural favorece a aquellos con mutaciones que maximizan la eficiencia del oxígeno.

Las mitocondrias más eficientes no son lo único que trabaja a favor de los Sherpas. A grandes altitudes, sus cuerpos no entran en una hiperactividad de producción de glóbulos rojos como los de las personas de tierras bajas. La sangre de los Sherpas fluye fácilmente en ambientes con poco oxígeno porque producen niveles especialmente altos de óxido nítrico, que abre los vasos sanguíneos. Los Sherpas también producen niveles más altos de fosfocreatina a grandes altitudes, un compuesto que sirve como fuente de energía de respaldo si el ATP se agota. Para las personas de tierras bajas, es exactamente lo contrario: los niveles de fosfocreatina se desploman a medida que ascienden.

El estudio de los cuerpos de los Sherpas es de particular interés en el campo médico. Los niveles bajos de oxígeno conducen a una condición llamada hipoxia, que está estrechamente asociada con enfermedades como la anemia, el cáncer y los problemas cardiopulmonares. Actualmente, los médicos suelen tratar la hipoxia intentando dar al paciente más oxígeno, pero no es un enfoque muy efectivo. Aprender a hacer que el cuerpo utilice bajos niveles de oxígeno de manera más eficiente, como lo hacen los Sherpas, sería un avance médico significativo. Su singularidad biológica ofrece una ventana a nuevas estrategias para la medicina.