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Memoria Celular: La Asombrosa Capacidad de Recordar Más Allá del Cerebro

Nueva investigación desafía lo conocido. Descubre cómo cada célula de tu cuerpo posee la capacidad de aprender y recordar, más allá del cerebro.

Memoria Celular: La Asombrosa Capacidad de Recordar Más Allá del Cerebro

A menudo, pensamos en nuestro cerebro como el centro de cómputo que controla nuestros cuerpos físicos, donde todo sobre nuestras vidas conscientes (e inconscientes) se procesa y almacena. Las neuronas están en el centro de esta increíble maquinaria biológica, involucradas en todo, desde cómo el cerebro procesa los alimentos hasta la regulación de todo tipo de sistemas y funciones corporales.

Crear, almacenar y recordar memorias, por ejemplo, son funciones que durante mucho tiempo se han considerado exclusivas del ámbito cerebral. No es casualidad que pensemos así. Durante décadas, los neurocientíficos han entendido la memoria como un proceso neurológico complejo que involucra conexiones sinápticas y estructuras en el cerebro, como el hipocampo. En pocas palabras, el cerebro es el centro de control que mueve el cuerpo físico e inconsciente, y existe una clara frontera entre ambos.

Pero, ¿y si el cerebro y el cuerpo no son tan distintos como pensábamos? ¿Qué pasa si la memoria no se limita solo al circuito neural del cerebro? Estas son las preguntas que una nueva investigación de científicos de la Universidad de Nueva York está comenzando a esclarecer, revelando por qué las suposiciones fundamentales que sustentan cómo pensamos sobre la memoria y el cuerpo podrían estar completamente equivocadas.

Cómo (creemos que) funciona la memoria

Memoria Celular: La Asombrosa Capacidad de Recordar Más Allá del Cerebro

Diferentes tipos de memorias —desde experiencias emocionales hasta conocimiento factual— se almacenan en varias regiones del cerebro, con las neuronas comunicándose a través de señales eléctricas y químicas. Este proceso involucra actores moleculares clave como la proteína CREB, que ayuda a transformar experiencias a corto plazo en memorias duraderas. Este proceso ocurre en las regiones del cerebro conocidas por el almacenamiento de la memoria. Pero un estudio pionero de investigadores de la Universidad de Nueva York ha revelado que cada célula del cuerpo tiene el potencial de recordar, aprender y adaptarse.

“El aprendizaje y la memoria generalmente se asocian solo con el cerebro y las células cerebrales, pero nuestro estudio demuestra que otras células del cuerpo también pueden aprender y formar memorias”, dijo Nikolay Kukushkin, autor principal del estudio, en una declaración a la Universidad de Nueva York.

Para llevar a cabo el experimento, Kukushkin y los coautores del artículo desarrollaron un ingenioso sistema para probar la formación de memoria en células no cerebrales. Al diseñar dos líneas celulares humanas diferentes, una de neuroblastoma (células nerviosas) y otra de tejido renal, los investigadores expusieron las células a diferentes patrones de señales químicas, similar a cómo las células cerebrales se exponen a patrones de neurotransmisores cuando encuentran nueva información. Esto hizo que las células produjeran una proteína brillante cuando se activaba un gen asociado a la memoria, permitiendo a los científicos ver cuándo ocurría una especie de “aprendizaje”.

Repensando la inteligencia celular

Memoria Celular: La Asombrosa Capacidad de Recordar Más Allá del Cerebro

El experimento giró en torno al conocido “efecto de espaciamiento”, un principio de aprendizaje que describe cómo la información se retiene mejor cuando se aprende en sesiones repetidas y distribuidas, en lugar de en una única y intensa ráfaga. Los investigadores aplicaron señales químicas a las células no cerebrales en pulsos cronometrados. Lo que vieron fue que estas células podían distinguir entre diferentes patrones y, sorprendentemente, que la estimulación pulsada activaba sus genes asociados a la memoria.

Esta investigación no solo desafía nuestra comprensión de la memoria, sino que abre nuevas fronteras de exploración científica. Si las células de todo el cuerpo pueden “recordar” y “aprender”, ¿qué significa eso para nuestra salud y la comprensión de los procesos biológicos que componen a un individuo? El investigador principal, Nikolay Kukushkin, sugiere que, cuando se trata de la memoria, podríamos necesitar tratar nuestros cuerpos como no tan fundamentalmente diferentes del cerebro.

“[Podríamos] considerar lo que nuestro páncreas recuerda sobre el patrón de nuestras comidas pasadas para mantener niveles saludables de glucosa en sangre, o considerar lo que una célula cancerosa recuerda sobre el patrón de la quimioterapia”, dijo Kukushkin en su declaración a la Universidad de Nueva York. El estudio es un recordatorio de que los experimentos que traspasan los límites, como los de la investigación con células madre embrionarias, son cruciales para obtener una mejor comprensión de cómo nuestros cuerpos y cerebros trabajan juntos en una sinfonía de inteligencia celular.