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Por Qué Tu Cuerpo Se Paraliza Al Dormir y Es Imposible Estornudar: La Fascinante Verdad del Sueño REM
Descubre la ciencia detrás de la parálisis del sueño y por qué no estornudamos. Un viaje al fascinante mundo del sueño REM.
Resulta algo inquietante pensar que nuestro cuerpo se paraliza durante el sueño, pero eso es esencialmente lo que ocurre durante gran parte de la noche mientras tu organismo obtiene el descanso necesario. Probablemente hayas escuchado sobre la parálisis del sueño, un estado aterrador en el que las personas se vuelven conscientes durante el sueño, pero son incapaces de moverse. Quienes la sufren experimentan esta condición en diversos grados, pero sin importar la severidad, la parálisis del sueño no es algo que nadie desearía experimentar, ya que implica una inmovilidad forzada mientras la mente está lúcida.
La causa exacta de una condición tan inquietante sigue sin estar clara, pero los expertos creen que está ligada al ciclo de movimiento ocular rápido (REM). Esta es la etapa del sueño en la que suelen ocurrir los sueños, y es por ello que nuestro cerebro paraliza nuestros músculos, en un proceso conocido como atonía REM, para que no actuemos esos sueños. Durante grandes segmentos de la noche, estamos esencialmente paralizados, lo cual es tranquilizador en el sentido de que no queremos salir corriendo actuando nuestros sueños sin darnos cuenta, pero también bastante desconcertante al considerar que nuestro cerebro tiene la capacidad de dejarnos inmóviles, especialmente si pensamos en funciones aparentemente esenciales como el estornudo.
El estornudo es una adaptación que los humanos desarrollamos para deshacernos rápidamente de invasores no deseados. ¿Seguramente necesitamos seguir siendo capaces de hacerlo mientras dormimos? Bueno, al igual que con la acción de nuestros sueños, en realidad es imposible estornudar durante el sueño, al menos en ciertas etapas del sueño, y resulta que esto está ligado a la misma función que se cree involucrada en la parálisis del sueño.
El Sueño REM: Cuando Nuestro Cuerpo Se Desconecta para Soñar

El sueño REM no es la forma más profunda de sueño, pero sí es una etapa bastante profunda. El sueño REM es cuando ocurren los sueños, y es durante esta etapa que el sistema nervioso central está sorprendentemente activo. Por ello, nuestro cerebro asegura que nuestro sistema motor esquelético entre en un estado de parálisis muscular, o atonía muscular, pero los mecanismos exactos involucrados en el inicio de esta parálisis han permanecido algo misteriosos durante décadas. Es un proceso complejo, finamente orquestado por la actividad neuronal.
Un estudio de 2012 publicado en el Journal of Neuroscience investigó el fenómeno de la parálisis muscular durante el sueño REM e identificó dos poderosos sistemas químicos cerebrales que trabajan en conjunto para paralizar nuestros músculos esqueléticos. Los investigadores encontraron que los neurotransmisores conocidos como ácido gamma-aminobutírico (GABA) y glicina fueron los responsables de producir la parálisis del sueño REM en ratas. Estos neurotransmisores esencialmente ‘apagan’ las células cerebrales responsables de la actividad muscular, creando un estado de reposo motor profundo.
A medida que se realizan más investigaciones, los científicos aprenden más y más sobre este fenómeno de la atonía muscular durante el sueño REM. Lo que sabemos con certeza es que durante estas fases de parálisis, no solo se nos impide movernos, sino que también somos incapaces de toser, sentir hambre, tener hipo o estornudar. Nuestro cuerpo entra en un modo de inactividad forzada, lo cual es crucial para la integridad de nuestros sueños y para evitar lesiones que podrían ocurrir al actuar nuestras fantasías oníricas.
El Dilema del Estornudo: Por Qué No Puedes Echar Fuera lo que Te Molesta Mientras Duermes

Seamos honestos, realmente no queremos que partículas invasoras entren libremente por nuestras fosas nasales mientras nuestro reflejo de estornudo está suprimido, pero eso es prácticamente lo que sucede durante el sueño REM. En otras etapas más ligeras del sueño, como las etapas NREM, somos capaces de sentir la sensación de partículas en nuestra nariz, lo que nos despierta momentáneamente para que podamos estornudar. Sin embargo, durante el sueño REM, la profundidad de esta etapa y la desactivación neuronal impiden que las señales se procesen de la misma manera, manteniéndonos en un estado de inconsciencia profunda respecto a estos estímulos.
El estornudo, o esternutación como también se le conoce, es una parte importante de nuestro sistema inmunológico, y ocurre cuando pequeños objetos como polen, caspa de mascotas, humo, bacterias o partículas virales se alojan dentro de nuestra nariz. Cuando estos objetos tocan la membrana mucosa, esa membrana libera sustancias químicas que activan el nervio trigémino, un nervio principal en la cara. Este nervio es responsable de las sensaciones de dolor y tacto en el rostro, y cuando es activado por la membrana mucosa, envía una señal al cerebro, que luego inicia el estornudo para eliminar los objetos no deseados de nuestra nariz. La respuesta no solo involucra la nariz, sin embargo. Nuestro diafragma, músculos del pecho, abdomen y cuerdas vocales trabajan en conjunto para expulsar rápidamente aire a través de nuestra nariz, con la esperanza de eliminar a los invasores en el proceso. Es un mecanismo de defensa complejo, coordinado y vital para nuestra salud.
Con eso en mente, parece algo desconcertante que todo este sistema se vea impedido de funcionar mientras dormimos. Pero es importante señalar que, si bien estornudar durante el sueño es técnicamente imposible, esto solo ocurre durante la etapa REM. Esto se debe al mismo proceso que relaja nuestros músculos para evitar que actuemos nuestros sueños. La acción de la señal nerviosa que controla el estornudo es esencialmente suprimida durante esta etapa del sueño y los músculos relevantes se vuelven inactivos, lo que hace imposible que el proceso natural funcione mientras estamos en la etapa REM. Es una protección que, aunque sorprendente, nos permite tener un sueño más seguro y profundo, priorizando la consolidación de la memoria y la regulación emocional sobre las funciones de alerta.