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Protocolo en Cenas Francesas: El Arte de Ser un Invitado Impecable (Evita el Vino)

Descubre la **etiqueta francesa** en cenas. Aprende por qué **no llevar vino** y qué **regalos alternativos** son apropiados para tus anfitriones.

Protocolo en Cenas Francesas: El Arte de Ser un Invitado Impecable (Evita el Vino)

Suena como una idea maravillosa: Antes de ir a una cena, organizada por tus nuevos amigos franceses, haces una parada en el “caviste” (tienda de vinos). Recorres las paredes y pasillos, examinas las etiquetas y haces tu selección. A los franceses les gusta el vino, ¿no es así? ¿Y quién llega a una cena sin una muestra de amistad? Llevas con orgullo esta botella hasta la entrada de la casa y tocas la puerta. Esta se abre, los anfitriones te saludan y, de repente, fruncen el ceño al ver el objeto en tus manos. Se preguntan en silencio qué estabas pensando. Porque, en la cultura tradicional francesa, los invitados no traen sus propias botellas de vino a una cena.

Esta es una de esas cosas que los viajeros nunca deben hacer al visitar Francia, y que a menudo sorprende a quienes no están familiarizados con sus costumbres sociales.

Para las personas que no son francesas, esta regla puede sonar contraintuitiva. El vino es portátil, social y viene en todas las variedades. Entre los enófilos, elegir un vino dice mucho sobre tu gusto y personalidad, lo que es un buen rompehielos entre nuevas compañías. ¿Qué combina mejor con una comida bien preparada que la bebida más refinada del mundo? El vino parece el regalo perfecto, especialmente para una ocasión que se centra en la comida y la bebida. Realmente, ¿no es esta precaución un poco grotesca o fuera de lugar?

Los franceses lo ven de otra manera. Elegir el vino es obligación del anfitrión; ellos conocen la comida que se servirá, el menú planificado meticulosamente, y la atmósfera que están cultivando para la velada. Traer tu propia botella es como pisarles los talones, arruinar su estilo, o incluso cuestionar su elección. Es como si un invitado apareciera en la casa de alguien y proclamara: “¡Gracias por invitarme! He traído ropa para que usen y mi película favorita para ver en su televisión. Además, usaremos esta cubertería que traje de casa.” Tal comportamiento parecería extraño e incluso insultante, ¿verdad? Del mismo modo, el vino es parte integral de la curaduría del anfitrión para la experiencia culinaria.

Regalos alternativos para llevar a una cena francesa

Protocolo en Cenas Francesas: El Arte de Ser un Invitado Impecable (Evita el Vino)

En Francia, el arte de dar regalos tiene un nombre propio: “faire un cadeau” (hacer un regalo). Así que, si sientes la necesidad de llevar algo a tus anfitriones, tus instintos son correctos. No todos los hogares son sensibles a este protocolo del vino, y los visitantes extranjeros probablemente recibirán un pase o serán perdonados por desconocimiento. Sin embargo, hay otros regalos más universales y apreciados que serías sabio considerar primero, demostrando un verdadero respeto por las tradiciones locales.

Por ejemplo, un ramo de flores bien seleccionado es una idea atemporal, especialmente para anfitriones estimados. Asegúrate de que las flores sean elegantes y estén presentadas con buen gusto. También podrías optar por una caja de chocolates —un favorito francés que rara vez falla— o algún tipo de artesanía u obra de arte única. Si viajas desde lejos, la personalidad de viajes Samantha Brown recomienda dar un souvenir de tu ciudad natal, algo que no solo les recordará tu visita, sino también de dónde vienes, añadiendo un toque personal y memorable.

Si tienes la oportunidad de conocer a algunos de los otros invitados, o tienes amigos en Francia, podrías consultarles sobre un regalo apropiado para ciertos anfitriones. Los hogares franceses tienden a tomar las cenas muy en serio, y las etapas de la comida y la conversación pueden extenderse hasta bien entrada la noche. Una cosa que sí podrías llevar es una opinión fuerte o un tema de debate interesante: una animada discusión después de la comida es una norma de etiqueta social que toma por sorpresa a muchos turistas, demostrando tu participación activa en la velada.

Recordar estos matices culturales no solo te ayudará a evitar un momento incómodo, sino que también te permitirá sumergirte más profundamente en la rica experiencia social y gastronómica de Francia, mostrando un verdadero aprecio por sus tradiciones y la generosidad de tus anfitriones.